Un Agujero Negro y el Nuevo Renacimiento
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Tanta información, tantas posibilidades, tantas incertidumbres, tanta tristeza, tanta devastación, tanto desconcierto jamás imaginado. Veamos cómo podemos paliar la crisis y cómo podemos prosperar.

Para Atacar la Crisis. Les propongo que coloquemos a este período de crisis en un agujero negro. Si, que se trague o sea absorbido metafísicamente por un hueco negro como los que existen en el espacio y desaparezca. En realidad, les propongo esto para que podamos salir de la crisis. Pero ¿cómo podemos hacerlo?, ¿para qué?
Es posible hacer una ficción legal en la que el período comprendido por la crisis simplemente no transcurra. Como si en el calendario pasaríamos del 16 de marzo al 1 de mayo, o al día en que se termine el confinamiento. Esto se haría con el propósito de palear los efectos negativos que ha tenido este paro emergente e involuntario. Pensemos que en este año, el 2020, el mundo ha dado la vuelta al sol en 320 días en lugar de 365. Si el Coronavirus cae en el agujero negro y lo reducimos simplemente al tiempo que nos visitó críticamente, ya ganamos ¡Podemos hacerlo!
No vamos a borrar con esto todo el dolor y la angustia de todas las personas que han sufrido inconsolablemente en este período, pero estamos en la obligación de buscar una salida y de que esta sea la mejor posible.
Les invito a que hagan este ejercicio conmigo. Esta es mi propuesta para el tratamiento parcial de la crisis buscando que tenga el menor impacto, y sobre todo, que los impactos se limiten al menor tiempo posible, de manera que se los absorba de una vez y no progresivamente porque eso retrasaría la vuelta a la normalidad, multiplica los efectos de la crisis, perjudica significativamente a la economía y por lo tanto al bienestar.
1. No se suspende ni se difiere el pago. Se elimina el paso del tiempo. Se debe hacer una ficción legal por la cual todas las obligaciones que requieren del tiempo se encuentren suspendidas. Es decir, que respecto del período de la emergencia, que digamos que inició el 17 de marzo y que dure hasta el 30 de abril, se hace una presunción de que el tiempo no ha pasado y por lo tanto, el día siguiente del 16 de marzo es el 1 de mayo. El concepto de esto es que quien es el beneficiario del ingreso de cualquiera de estas obligaciones, mantiene intacto su bien; como el dinero en el caso del capital de préstamos, el mueble en el caso de arrendamiento de equipos y los inmuebles en el caso de arriendos o concesiones de casas, terrenos o locales. Es decir, los bancos no cobran intereses, pero tampoco los pagan, las casas comerciales que venden a crédito hacen el cómputo de los días transcurridos quitando los de la emergencia y los arriendos se pagan como si los días de la emergencia no hubiesen existido. Es un impacto fuerte, pero es preferible a que la cadena de incumplimiento se generalice y quiebren los negocios, afectando al patrimonio de los que tienen y a la generación de empleo.
Lo propio se debe aplicar para impuestos prediales, matrículas de vehículos que no han rodado y cualquier otra contribución, tasa, impuesto, patente, concesión o licencia que se deba a gobiernos locales o al nacional en base a períodos anual o mensual.
Quienes tienes bienes y capital asumirán mayoritariamente las consecuencias de la emergencia. Sin embargo, para ellos es preferible tener tres meses malos, sin ingresos a que la fuente de sus repagos se extinga completamente. Con esta medida se ayuda al sector productivo que mantiene operaciones de negocios sin cobrarles intereses ni arriendos.
2.- Todos debemos sacrificarnos y contribuir, solo así el triunfo será de todos. El trabajo es una necesidad de una operación productiva. Si no hay operación, no puede haber trabajo. El trabajo que no se ha prestado no se puede pagar. El empleado está impedido de trabajar y el empleador imposibilitado de operar. Esto no es responsabilidad de nadie. Pero, si es obligación y deber fundamental del empresariado, del aparato productivo y del Estado, el buscar la operatividad de sus actividades para poder crear empleos nuevamente cuando la normalidad haya retornado. De lo contrario, quien más pierde es el empleado que tiene supuestamente un trabajo que no pierde, cuando quien le proporciona el trabajo está quebrado. No se puede impedir la extinción de las fuentes de trabajo si se extinguen las actividades. Existe una relación de causalidad entre estos hechos. Sin embargo, para poder hacer frente a esta angustiosa situación de los trabajadores, solamente para los más pobres, tendrán derecho a una donación, que no es sueldo, de un valor que les permita adquirir alimentos por el tiempo de la emergencia por parte de los empleadores, considerando que no tienen que transportarse, por un monto aproximado de 300 dólares. Para las planas ejecutivas dirigentes se suspende el pago por 3 meses, para los intermedios 2 meses y para aquellos que ganan mas del 50 % de un salario básico se suspende un mes.
Muchas personas perderán sus empleos, sin embargo, si se implementa lo sugerido es posible que pierdan solamente un par de meses de sueldo y no sus trabajos. Esto les ayuda a los trabajadores en primer lugar porque coadyuvan al bienestar y operatividad de los negocios que son su fuente de ingresos y a las actividades productivas porque dejan de pagar una parte importante de sus costos con una nómina cuyos servicios no han sido prestados.
3. En concordancia con el punto 2 el IESS cobrará aportaciones sobre los ingresos que reciban los empleados.
4.- Todos los bienes y servicios que se hayan prestado y transferido efectivamente deben pagarse. La compra de alimentos, medicinas, los servicios bancarios por transferencias o cualquier otro, los de salud, los de telecomunicaciones que sean calculados por su cantidad y no fijos por el paso del tiempo sino solamente respecto de aquello que efectivamente se haya proporcionado. Las primas mensuales de pólizas de seguro que no hayan registrado siniestros durante la emergencia no se cobrarán sino solamente al 50% para poder cubrir los siniestros ocasionados.
5.– Se debe desregularizar la banca y eliminar el ISD para que puedan transitar capitales nacionales que están afuera y del exterior que puedan venir al país. La necesidad de liquidez será ilimitada, si los ecuatorianos tienen restricción de traer su capital del exterior porque eventualmente les costaría 5% el volver a sacar, entonces no traerán su dinero pese a necesitarlo. Sin embargo, si no hay costos involucrados traerán el dinero de manera libre y sin barreras promoviendo el flujo de capitales. Es una oportunidad perfecta para permitir que bancos del exterior vengan sin ninguna traba y sus capitales se rieguen por todo el país llenando de préstamos a todos en este momento en que la liquidez es esencial. El monto total de crédito crecería, la tasa de interés bajaría y los plazos se extenderían por la sana competencia.
Con las crisis de las principales bolsas en el mundo entero, los ecuatorianos que tenían su dinero en el exterior y que han visto con impotencia perder importantemente sus ahorros, estarán más ávidos y necesitados de traer sus capitales para continuar con sus actividades principales en el país, por lo tanto es fundamental que permitamos que eso ocurra y que la economía ecuatoriana se beneficie de esos capitales que son propios.
Este esquema no pretende ser perfecto o completo, pero si brindar conceptualmente el derrotero que debemos tomar para derrotar a la emergencia y reducirla al menor tiempo posible.
Para prosperar. Para mejorar es fundamental que, antes de echar dentro del agujero negro al coronavirus, le veamos a la cara de frente y con pausa. Debemos aprender y reflexionar sobre lo ocurrido, nuestra forma anterior de vida, nuestros excesos y prioridades, nuestra indolencia y superficialidad. Solamente así, podremos comprender la fragilidad del mundo, de la especie humana, de nuestra existencia, de lo vano del dinero y su acumulación, del regalo de la salud, del milagro de la solidaridad y de la divinidad de lo sencillo y elemental.
La necesidad de pensar frente a la crisis, el tiempo, la pausa, la impotencia, el sabernos tan minúsculos y necesitados, saca a flote todas nuestras capacidades. Políticos, religiosos, empresarios, académicos, trabajadores, amas de casa, niños, jóvenes y viejos hemos sido puestos a prueba y cada uno de nosotros hemos aprendido, aún que sea a barrer. Nos hemos tenido que abstener de nuestras comodidades. ¿Habrá sido una cuaresma obligatoria?
Todos somos mejores que antes. Conocemos la dificultad de las tareas de los médicos, los tenderos, los profesores, las empleadas domésticas, los jardineros, los recolectores de basura o subalternos, las hemos vivido. Pocas personas habrán pasado este tiempo sin haber hecho un gesto de generosidad o desprendimiento.
En esta dificultad tenemos la oportunidad sin precedentes de evolucionar velozmente. Como un árbol después de una poda, el mundo va a florecer inmediatamente. En valores, en principios, en humanidad, en profundidad entre tantas otras cosas. También las estructuras políticas y estatales, los gobiernos, los procesos, la economía y la igualdad florecerán. Todos los corazones, los pensamientos, las voluntades, y hasta los capitales están orientados en una sola dirección, la de reinventarnos y volvernos a levantar. Sin duda va a producir un mundo mejor, más igualitario y próspero, poblado por mejores seres humanos.