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El rugby los trajo del Principado al Barrio

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La delegación de la fundación de la Princesa Charlene de Mónaco y AMI visitaron a 420 niños de las escuelas sociales de rugby, en Ecuador.

Rugby
Fotos: Cortesía Ricardo Ortiz

Se trata del primer proyecto de cooperación internacional entre Mónaco y Ecuador. ¡Sí, el primero y es de Rugby! Las escuelas sociales de rugby gratuitas para niños en situación de vulnerabilidad son financiadas por la Fundación de la Princesa Charlene de Mónaco, gestionadas por la Asociación Iberoamericana Monegasca (AMI) y ejecutadas por la Fundación HUMA Rugby, en Ecuador. 

Hace cinco años, Said López arrancó con un proyecto social cuyo principal objetivo era enseñar a los más pequeños un deporte nuevo, un deporte de contacto que, además de enseñarte nuevas reglas y movimientos, lleva consigo una gran mochila de valores. “Rugby con R de respeto” es la consigna que ha promulgado a lo largo de este tiempo.

Sabes que debes tacklear a tu compañero, pero así mismo darle la mano para que se levante y siga el juego; entender que es tu rival, más no tu enemigo, entre otras, son las principales enseñanzas que él, junto a su equipo Juan Andrés Carvajal, Carlos Alvarenga y Brandon Ortíz imparten  día a día a más de 400 niños en distintos barrios de la capital. 

Un proyecto que fue creciendo poco a poco, con obstáculos, con alegrías, con manos amigas que se sumaron a esta “locura”, como la cataloga Said, pues se trata de un proyecto que va más allá del deporte, que busca ayudar a cientos de niños, familias, comunidades y barrios. Un proyecto que en el camino se ha encontrado con aprendizajes y lecciones importantes. Un proyecto que ha dado seguridad, autoestima, disciplina, educación y salud. 

Fue así que, “por cosas de la vida”, Said llegó a una de las representantes de la Asociación Iberoamericana Monegasca (AMI), Sheramin Sora de Beauseigneur quien hizo “click” con el proyecto y logró lo que ni Said, ni su equipo, ni quienes han colaborado con él se hubiesen imaginado, llegar a la Princesa Charlene de Mónaco y que su fundación se convierta en el principal apoyo económico y social de las escuelas de Rugby.

Fue ahí donde todo comenzó…

AMI y la Fundación de la Princesa Charlene de Mónaco se convirtieron, así, en las principales aliadas de la Fundación Huma Rugby Ecuador para llevar a cabo un proyecto más grande, llegar a más barrios, a más niños y familias. 

El rugby es un deporte de contacto. Es un deporte fuerte. Pero también es un deporte noble. El rugby ha tocado, en más de una forma, a los cientos de niños que se han inscrito a las escuelas. Muchos de ellos sufren violencia intrafamiliar. Están cerca de pandillas y malas juntas. Están cerca de vicios, malas decisiones e inseguridad, pero el rugby se ha convertido en una herramienta que les ayuda a abrir sus horizontes, a pensar en una vida más allá de su entorno, a desear superarse y soñar en grande. 

Fue así que en 2022, una selección de 12 niños dejaron sus barrios y viajaron hasta Mónaco a competir en el torneo Santa Devota que es organizado por la Fundación Monegasca y la Federación de Rugby del Principado. Salieron del barrio al principado con una maleta cargada de expectativas, sueños y con la misión de representar al Ecuador y a la región entera. 

12 niños que causaron sensación, que enamoraron a la Princesa, al público y al resto de equipos que participaron. 12 niños que llamaron la atención de Xavier Archimbault, Director de Proyectos de la Fundación de la Princesa Charlene de Mónaco; Sylvain Peroumal, camarógrafo de la Dirección de Comunicación del Principado de Mónaco; y Sara Rivera, representante en Latinoamérica de la Asociación Iberoamericana Monegasca (AMI), quienes no pensaron dos veces, tomaron un avión y se aventuraron a visitar el Ecuador en busca de aquellos 12 niños y los más de 400 que forman parte de ‘Cóndores de Mónaco’, las escuelas sociales de rugby. 

Cinco barrios, 400 pequeños y cientos de familias

¡Llegaron, llegaron! Con equipaje sencillo, sus equipos de grabación, camiseta y gorra con los logotipos de sus fundaciones y una gran sonrisa llegaron Xavier, Sylvain y Sara. Eran las 8:30. El sol comenzaba a calentar la capital que -por primera vez en muchos días- tenía un cielo azul y despejado. ¡El día pintaba bien! Poco a poco niños y niñas acompañados de sus padres llegaban a la cancha de entrenamiento en el barrio Músculos y Rieles, ubicado en el sur de Quito. Con su uniforme rojo y una gorra que los cubría del sol, los pequeños se aglomeraban en espera de aquella visita y, por supuesto, su entrenamiento.

Carlos y Juan Andrés -a quien ciertos pequeños le dicen con cariño ‘panda’- preparan los implementos para comenzar con la clase. Un pitazo da la orden. Todos los niños se reúnen en un círculo, reciben instrucciones y se dividen en dos grupos. Son 80 niños de todas las edades. Los más pequeños se van con el ‘Profe Panda’. Empieza el calentamiento. 

Otro pitazo da la orden de iniciar con el entrenamiento. “Peces y pescadores”, grita Carlos y los niños -más grandes- empiezan a ejecutar un juego con el ovoide. Corren a lo largo del campo de entrenamiento, que no es más que el parque del barrio. Tiene juegos metálicos oxidados, el césped crecido y una manada de perros callejeros ronda el lugar. Los padres sacan sus teléfonos y empiezan a grabar cada acción de los niños. 

En otro sector del parque, ‘Panda’ juega con los más pequeños. Utiliza algunos implementos del Rugby, pero que son más amigables para ellos. Los niños ríen al ver que su entrenador porta -además- una máscara de Diablo Huma, símbolo que identifica a la Fundación HUMA Rugby. 

Mientras todo esto ocurre, un vehículo se parquea en la calle lateral. Cuatro personas descienden de él. Uno de ellos es conocido… Said, junto a Xavier, Sylvian y Sara han llegado. Se escucha un diálogo entre francés, español e inglés. Sara y Said hablan español, Xavier y Sylvian combinan el francés para hablar entre ellos, el inglés para hablar con Said e intentan pronunciar algunas palabras para saludar a los padres que están en el lugar.

Sylvian alista sus equipos y comienza a grabar los entrenamientos. Sara se acerca a algunos padres a conversar con ellos. Escucharlos. Said explica a Xavier lo que está ocurriendo, dónde se encuentran, cuántos niños hay y lo presenta con los padres. 

La interacción inicia. Xavier habla, Sara traduce, Said explica. Así continúa por unos minutos el proceso, hasta que una de las mamás pide la palabra.  “Gracias por todo lo que hacen, es un gesto maravilloso. Gracias por visitarnos. El rugby es especial para mí, porque mi hijo me dijo el primer día que vino a las clases ‘es el mejor día de mi vida, me gusta el rugby y quiero seguir practicándolo’, jamás olvidaré ese día y ahora que él no está más conmigo, yo sigo reviviendo esas palabras». Su hijo murió hace 10 meses en un accidente de tránsito. 

Con los gritos y risas de los pequeños, de fondo, un silencio invadió aquel espacio en donde Xavier, Said y Sara trataban de asimilar aquella historia… “Hay que seguir, este es un proyecto muy lindo y ahora, que ya puedo hablar del tema, quiero que mi otro hijo siga viniendo y disfrute de este deporte”, 

La jornada continuó…

Una vez culminado el entrenamiento y su respectiva foto, Xavier, Sylvian, Sara, Said y todo el equipo de Huma Rugby y Cóndores de Mónaco avanzaron al siguiente punto. La Mena 2, en donde el proceso fue más o menos similar, salvo que como parte del recibimiento, la comunidad preparó un baile típico con niñas del barrio para compartir un poco del folklore ecuatoriano. 

La música comenzó a sonar desde un parlante ubicado en la calle trasera de la cancha del barrio. Pequeñas con trajes típicos de color morado empezaron a bailar y los monegascos no dudaron en acompañarlas con las palmas. Incluso con una improvisación de baile. 

El sol encandilaba. Eran las 12 del mediodía y las visitas continuaban. El siguiente punto fue el Parque La Carolina. Es ahí donde otros 12 pequeños trabajan cada sábado para cumplir con su sueño. 12 pequeños viajarán a Mónaco para participar, por segundo año consecutivo, en el torneo Santa Devota. 

El sol caía en la tarde, cada vez más fuerte y la visita no llegaba a su final todavía. Aún faltaba una última parada. Una visita que era justa y necesaria para nuestros visitantes. La última parada fue el Centro Histórico. Xavier, Sylvian y Sara disfrutaron de un recorrido guiado por algunos lugares icónicos de nuestro Casco Colonial. La Compañía, San Francisco y el Panecillo dejaron deslumbrados a tres personas que, sin saberlo, se convirtieron en los seres más importantes de más de 400 niños que agradecieron su esfuerzo, su cooperación y apoyo del Principado de Mónaco, en especial de la Princesa Charlene, para que ellos – en Ecuador- puedan seguir disfrutando del rugby. 

Llegó el momento de descansar, pues la jornada del domingo era similar… cinco barrios en dos días. Más de 400 niños felices. Padres que, con orgullo, hablan de lo que el rugby ha hecho en sus vidas, en su comunidad y con sus hijos. Una comunidad agradecida con la gestión de la fundación HUMA Rugby, pues el deporte no es su única herramienta. Las brigadas de salud son parte fundamental de la ejecución del proyecto. 

Del Principado no dudaron en venir a Músculos y Rieles, Mena 2, Beaterio, Hierba Buena y San Francisco y conocer cada historia, a cada niño, cada sufrimiento y cada alegría. El agradecimiento fue mutuo y, por supuesto, el anhelo de ir a Mónaco -que cada vez está más cerca- crece. Mónaco está cada vez más cerca de Quito, al menos un pedacito de ellos se quedó en los corazones de cientos de niños, familias, vecinos y comunidades. 

Esto es el principio…

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