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La reducción de la contaminación por las restricciones trae aire limpio… pero hay una alerta

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La pandemia que azota al mundo está en pleno auge. Su impacto es global y podemos evidenciarlo en varios escenarios. Uno de ellos es el medioambiental. 

Fotos: Cortesia Flickr Marco Fantinato

Con las estrictas prohibiciones de movilidad, la industria, empresas, turismo y tránsito se detienen. Por primera vez en décadas nos encontramos con un planeta frenado, quieto y expectante. Nos convertimos en observadores de cómo el coronavirus avanza y cómo nuestro entorno ambiental se recupera.

En cada lugar donde se ha decretado la cuarentena, como medida de prevención frente al Covid-19, podemos observar una reducción significativa de la contaminación. Aires más puros, cielos más azules, aguas más limpias y entornos más silenciosos son indicadores de que esta reducción ha favorecido al planeta.

Verona

Según la PhD Katiuska Alexandrino, experta en ingeniería química y medio ambiente e investigadora de Contaminación Atmosférica en la Universidad de Las Américas (UDLA), en las ciudades se ha visto una reducción considerable de más del 50% de las emisiones de gases y material particulado. 

En especial, es evidente la reducción del dióxido de nitrógeno (NO2), un gas altamente tóxico que se deriva de la quema de combustibles fósiles. Este gas al reaccionar con la luz fotoquímica y rayos UV genera la producción del ‘ozono troposférico’; una capa de aire que se encuentra nivel del hábitat humano, es decir, que respiramos. Al ser inhalado afecta gravemente a la salud y, además, favorece a la formación de lluvia ácida. La OMS estima que 7 millones de muertes ocurren cada año debido a la contaminación atmosférica.

Además, nos explica Alexandrino, el dióxido de carbono o más conocido como Co2 redujo considerablemente su concentración en la atmósfera. Este gas de efecto invernadero contribuye, especialmente, al calentamiento global y a su vez al cambio climático. Su disminución se debe a la restricción de la circulación vehicular y a la paralización de industrias de producción masiva.

Venezia

Este respiro para el planeta trae, a corto plazo, resultados evidentes en todo el mundo. Es indiscutible el mejoramiento en la calidad del aire, contaminación auditiva, purificación del agua y biodiversidad. Sin embargo, si se quiere una mejoría largo plazo las acciones tomadas para cambiar el sistema de producción y consumo deben ser una prioridad.

Para Alexandrino, es claro que los gobiernos al superar la crisis sanitaria generarán una inyección a la industria; con lo que intentarán recuperar el tiempo perdido y aumentar de manera significativa su producción. Sin embargo, advierte la experta, esto puede ocasionar un fuerte disparo en las emisiones de gases y material particulado al ecosistema. Esta reacción puede ser muy peligrosa y puede colapsar la capacidad regenerativa del aire, advierte. 

La especialista recomienda a la sociedad, trabajar en crear una conciencia ambiental. De esta manera se podrá exigir que los principales tomadores de decisiones del país encuentren la manera de no sobrepasar la capacidad nuestro ecosistema, mediante políticas sostenibles y sustentables con el medio ambiente.

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