Los vuelos directos entre ciudades ayudan a mejorar la economía de un país
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La liberalización del transporte aéreo para los aeropuertos internacionales del territorio continental fue un gran mensaje al mundo entero. Pero Ecuador requiere de nuevos esfuerzos. Por ejemplo, las conexiones punto a punto.

La conectividad aeroportuaria es uno de los índices a ser medidos cuando se habla de competitividad de un país. Es más, dentro de los 10 pilares que mide el Foro Económico Mundial, a través de su Reporte de Competitividad Global, en donde se comparan 140 países, está el pilar número dos que corresponde a infraestructura, y dentro de ella encontramos a la conectividad aeroportuaria.
En el informe del 2018, Ecuador ocupa el puesto 83 en conectividad aeroportuaria. Colombia ocupa el puesto 31, Perú el 50, Chile el 51; entonces nos encontramos con la realidad de que es necesario poner mayor esfuerzo para incrementar y mejorar la conectividad aérea del Ecuador.

Los vuelos directos, los vuelos indirectos, el número de frecuencias semanales de estos vuelos, el número de destinos que se conectan, la calidad de las conexiones medidas en tiempo de espera entre un vuelo y otro, la comodidad de los servicios que se brinda y las tarifas, son parte de los elementos que se consideran cuando se mide y valora la conectividad aeroportuaria de un país o ciudad.
Por ello, hay que resaltar la importancia de la conectividad aérea punto a punto. Esta es aquella que une dos ciudades, sin la necesidad de una parada intermedia. No sólo que reduce el tiempo de traslado, sino que, según investigaciones del sector, la señalan como la operación aérea más efectiva para generar inversiones y movimientos de capital humano. De hecho, un estudio publicado por Harvard University y la University of Zurich asegura que con este tipo de conectividad las relaciones de negocios, así como las inversiones entre las ciudades conectadas, se fortalecen de forma significativa. Lo importante no es solamente contar con la infraestructura de un gran aeropuerto, sino que este tenga las conexiones con las ciudades correctas.
Otro estudio, realizado por la universidad de Trento y la Universidad de Brescia, de Italia, demuestra que las ciudades que tienen mayor cantidad de vuelos atraen no solo mayor inversión extranjera luego de dos años de la implementación de un nuevo vuelo, sino que además son un imán para las empresas multinacionales, quienes crean mayor empleo, mejores salarios, incrementan los niveles de productividad, introducen nuevas industrias, promueven exportaciones y estimulan la innovación.
Para reforzar aún más los beneficios del modelo, según el estudio econométrico realizado por PWC y la Comisión de Aeropuertos de Reino Unido, los impactos económicos fueron positivos en ese país, cuando se mejoró la conectividad aérea con un incremento del 10% de la capacidad de oferta de asientos; producto de ello, en el corto plazo, el producto interno bruto (PIB) creció el 1%, el turismo incrementó en un 4% dentro del Reino Unido y 3% internacionalmente; el comercio de bienes creció en un 1,7% en importaciones y 3,3% en exportaciones; los servicios mejoran en 6,6% para importaciones y 2,5% para exportaciones. Finalmente, la inversión extranjera directa creció en un 4,7% hacia Reino Unido y en un 1,9% desde Reino Unido.
Una de las bondades que aportan los vuelos directos entre ciudades es que promueven las reuniones cara a cara, que, aunque la tecnología hoy en día nos permite tener comunicación de doble vía efectiva de diferentes formas, no es menos cierto que las reuniones en persona fomentan y fortalecen las actividades de negocios.

Ecuador, por medio del Decreto Ejecutivo 256, del 27 de diciembre del 2017, adopta como política pública nacional la liberalización del transporte aéreo para los aeropuertos internacionales del territorio continental. Fue un gran mensaje al mundo entero, que invita a las aerolíneas de los diferentes países a llegar a nuestras ciudades que mantienen aeropuertos internacionales, a volar para conectarnos y desarrollar relaciones culturales, comerciales, turísticas. En otras palabras, hemos invitado a potenciar el intercambio con otros destinos.
Para lograr el objetivo del Decreto es mandatorio un trabajo articulado e integrado del sector público y privado. Por un lado, corresponde al Gobierno identificar los destinos correctos, es decir, que tengan un potencial para fortalecer nuestro desarrollo económico. También, renegociar y negociar nuevos tratados bilaterales de libertades del aire y, por otro lado, corresponde a los gobiernos locales trabajar de forma conjunta con sus aeropuertos e instituciones de promoción turística y desarrollo productivo, para ir tras la búsqueda de las aerolíneas de las ciudades con las que debemos fortalecer nuestro intercambio, para invitarlas a operar en nuestro país en el menor plazo y con el mayor apoyo posible.
Incrementar la conectividad ayuda a mejorar la apertura para nuevos capitales
Lo anterior incluye un trabajo de todo el sector productivo, mostrar el interés y compromiso por el uso de esos nuevos vuelos para dar sostenibilidad en el tiempo, no solo con pasajeros, sino también con carga. Asimismo, mostrar las oportunidades de desarrollo conjunto, los puntos de convergencia entre las necesidades de un destino y otro, cómo se complementan y el potencial de la relación bilateral. El apoyo mutuo en la promoción de sus destinos para fortalecer el intercambio cultural, turístico, gastronómico de las ciudades. Esta relación solamente puede crear una sinergia que desarrolle una espiral ascendente que genere el efecto ganar-ganar para las ciudades y sus habitantes.
La conectividad aérea no es un tema solamente de aeropuertos y aerolíneas, significa mucho más. Hablamos de prosperidad, de inversión, crecimiento, generación de empleos, intercambio comercial, internacionalización; pero para ello es mandatorio trabajar de forma conjunta y articulada, con una sola visión de desarrollo ya establecida como política pública nacional, la liberalización de este servicio (transporte aéreo). Esto fortalece, finalmente, el desarrollo productivo transversal de nuestra economía a través de una gestión intersectorial y participativa