Los viejos demonios de la izquierda y la derecha
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Navegar en las ideologías no ha pasado de moda. El caso de Grecia y de Ecuador es la muestra de que las ideologías no han muerto.

La derecha genera riqueza y la izquierda la reparte, es el modo más directo de caracterizar a los dos modelos económicos. El problema es ¿qué hace la izquierda cuando no hay riqueza que repartir? o ¿qué hace la derecha cuando la brecha entre ricos y pobres se torna escandalosa? Los viejos demonios de la izquierda y la derecha siempre aparecen cuando pretenden ideologizar la economía.
La izquierda suele creer que su papel es el de Robin Hood: quitar a los ricos para dar a los pobres. No funciona el esquema porque en un mundo globalizado, los ricos y sus capitales se despechan y se van. Sin los ricos, que son los que generan riqueza y generan empleo, la izquierda solo conoce la receta de la deuda y los impuestos. La ruina está garantizada.
La derecha alienta a la empresa para que genere riqueza y con ella viene el empleo, las recaudaciones y la popularidad. Cuando la receta no funciona según la teoría y los manuales, crece el desempleo, aumenta la pobreza, se reducen las ventas, mueren las empresas más débiles, baja la popularidad, entonces ya nadie piensa en alentar a la empresa sino en sobrevivir. La derecha también se izquierdiza y empieza a repartir subsidios y a vivir del endeudamiento para mantener los índices de popularidad.
El caso de Grecia

Apareció en Grecia un político providencial llamado Alexis Tsipras ofreciendo el oro y el moro, con el discurso de la reivindicación de los pobres, aumentos salariales, reparto de bonos y subida de pensiones, ganó las elecciones.
Muy pronto Grecia había empeorado la crisis que ofreció resolver, en cuatro años y medio de gobierno Tsipras necesitó tres veces medidas de rescate de la Unión Europea. Empezó con engaños, cifras manipuladas a los acreedores y altos niveles de corrupción, mantuvo largo tiempo el discurso antieuropeo, los insultos, la desconfianza y el rencor, mientras incumplía el pago de la deuda y los compromisos asumidos.
Terminó rindiéndose a las recomendaciones de la Unión Europea cuando la deuda estaba ya por 180% del PIB, los ingresos de los hogares se habían reducido en un promedio del 40%, las pensiones habían bajado de 1 100 a 600 euros y el desempleo era del 30%. Había subido el IVA hasta el 24%, había decretado el cierre de las cuentas bancarias y aplicado otros impuestos.
En las elecciones los griegos le dieron la victoria al conservador Kyriakos Mitsotakis por amplia mayoría y el control del Parlamento. Tiene las manos libres para aplicar las medidas que ha planteado: una ambiciosa reducción de los impuestos, creación de empleos, fomento de la inversión extranjera, reducción del IVA, del impuesto a las sociedades, del impuesto a la renta y a la propiedad inmobiliaria. Ha creado un Departamento de Gobernanza Digital para mejorar la gestión administrativa y reducir la burocracia. Aliviar la presión fiscal sobre las pymes, los autónomos y las familias es otro de sus objetivos inmediatos, así como restaurar la credibilidad internacional del país y liberalizar la actividad en significativos sectores económicos.
El caso del Ecuador
A un ministro del gabinete de Lenín Moreno le pidieron que no vuelva a decir que el gobierno se había derechizado. La anécdota es importante porque resulta evidente que los izquierdistas se sienten orgullosos de ser llamados así aunque la historia haya ofrecido una fauna humana inaceptable en sus filas tales como Fidel Castro, Hugo Chávez o Nicolás Maduro, para citar casos cercanos. La derecha, en cambio, se avergüenza de sí misma y no quiere que le designen por lo que es.
El gobierno de Lenín Moreno ¿es derecha o es izquierda? Era izquierda y ahora es derecha, suponiendo que la revolución ciudadana de la que formaba parte era izquierda. Es claro que pretenden seguir llamándose izquierda pero todos los cambios de rumbo que han hecho han sido hacia la derecha
El Presidente dijo que su gobierno proponía a la empresa privada como motor de la economía, que ningún país puede vivir del gasto y el endeudamiento, ha firmado un compromiso con el Fondo Monetario Internacional, ¿qué le queda de izquierda? Le queda el gusto por los bonos y subsidios, le queda el gusto por hacer ofrecimientos en cada pueblo que visita, le queda el afán por incrementar la recaudación fiscal mediante impuestos.
Lo que Ecuador necesita, según los economistas de derecha y algunos de izquierda, es reducir el gasto público para eliminar el déficit, alentar a la empresa privada, mejorar la competitividad y atraer la inversión extranjera. Esto solo se puede hacer reduciendo impuestos que ahuyentan a los inversionistas y garantizando la seguridad jurídica. No importa cuál sea el modelo, lo que importa es que las reglas estén claras y se mantengan en el tiempo.
Cabe imaginar un Ecuador con la regla del 10/10/10 aprobada en Paraguay; 10% de impuesto a la renta, 10% de IVA y 10% de impuesto a las empresas. Un sistema claro, estable y sugestivo; para que los inversionistas se sientan atraídos. Además los resultados están garantizados, menos impuestos, más recaudación. Solo se requiere un poco de audacia y no avergonzarse de la derecha. También cabe imaginar en Ecuador el programa económico de Kyriakos Mitsotakis que propone: reducir impuestos, crear empleos, fomentar la inversión extranjera, reducir el IVA, el impuesto a las sociedades y el impuesto a la renta, reducir la burocracia, rescatar el prestigio internacional y combatir la corrupción. Al pueblo no le asustó este programa y lo adoptó por mayoría absoluta.