Los Muertos no mienten
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Ecuador es el segundo caso más grave de afectación de la pandemia si se considera el número de víctimas por encima de los datos históricos. Es una realidad que requiere explicaciones para acertar en el manejo de la crisis y evitar que se repita en el futuro.

El número exacto de muertos por coronavirus no lo conoce ningún país porque en ninguna parte ha sido posible efectuar la prueba a todas las víctimas antes de su muerte. En todas las latitudes hubo personas que murieron en su domicilio sin haber confirmado que tenían el Covid-19. Algunos países solo contabilizaron los fallecidos en los hospitales, a pesar de que tenían muchos muertos en las residencias de ancianos.
El número de víctimas reportadas por Covid-19 contrasta con el número total de muertos por todas las enfermedades. Aunque no todos murieran de coronavirus, es un dato importante para comparar con el número esperado de muertos, es decir con la cifra ordinaria de muertos en los años 2018 y 2019. Así se obtiene una cifra que indica el exceso de muertos en este año. Pueden ser casos de enfermedades que no fueron tratadas porque los hospitales estaban llenos, que los enfermos no quisieron acudir a los hospitales por temor o el que el virus agravó otra enfermedad y la convirtió en fatal. El exceso de mortalidad ofrece una cifra aproximada que corresponde a las víctimas directas e indirectas de la pandemia.
Un estudio publicado por The Economist sobre algunos países de Europa y Estados Unidos demuestra que la diferencia de datos entre los muertos reportados por Covid-19 y el número total de muertos, es muy variable. El cuadro muestra las discrepancias entre los reportados como muertos por Covid-19 y el excedente de muertes respecto de años anteriores.

Los datos publicados por The Economist demuestran que ningún país pudo registrar a todos los muertos por coronavirus porque no pudieron hacer los test a todos, porque no todos murieron en los hospitales o porque murieron en sus domicilios por temor o porque el sistema sanitario estaba copado. En algunos países se resistieron a registrar como muertos por Covid-19 a los ancianos que fallecieron en asilos a lo hicieron tarde.
El caso ecuatoriano
Ecuador es un caso especial por el número de muertos y por la diferencia entre los reportados por Covid-19 y el total de fallecidos por todas las causas, incluso después de restar los muertos que históricamente se han producido en el mismo período de años anteriores.
El Ministerio de Salud ha informado el número de muertos confirmados por Covid-19 y el Registro Civil ha reportado el número de muertos en el mismo período y también el número de fallecidos en el mismo período en los dos años anteriores; las diferencias son muy amplias pese a que el Ministerio de Salud ha sumado los confirmados y los probables, algo que no ocurre en las estadísticas internacionales.
Según información del diario El Comercio, los muertos por Covid-19 y los probables suman 2 345, pero el número de defunciones adicionales en el mismo período llega a 8 266. El dato reportado no llega sino al 28%. El caso de Guayaquil resulta escalofriante porque a finales del mes de marzo solo se habían reportado 51 fallecidos es decir apenas 1,98% del número real de muertos que era ya de 2 568.
En el mes de abril las autoridades de salud reportaron 380 defunciones por Covid-19 en Guayas y añadió 730 como casos sospechosos. Sin embargo, el Registro Civil reportó 6 823 muertos adicionales a los datos de años anteriores. Estas cifras constituyen motivo de preocupación porque pueden obedecer a múltiples causas. Aunque tomará mucho tiempo su análisis, conviene señalar algunas que ya se han mencionado como causas concurrentes.
La primera explicación es que resultó imposible confirmar que las muertes hayan sido por Covid-19 si no se pudieron hacer tests de confirmación antes de la muerte o realizar autopsias. Los países que tienen buenos sistemas de salud pudieron atender a la mayoría de los enfermos y estaban en posibilidad de hacer a todos la prueba de Covid-19. En nuestro país el sistema de salud fue desbordado inmediatamente y los enfermos fallecieron en sus domicilios sin atención y sin confirmación de la causa de su muerte.
Otra explicación mencionada por alguna autoridad y una científica es la concurrencia de una epidemia de Dengue que había contabilizado 5 000 casos. Si el sistema de salud estaba desbordado no pudieron ser atendidos o la combinación de dengue con coronavirus resultó letal. Esta es una causal que deberá ser investigada para determinar la letalidad real de la pandemia en nuestro país y especialmente en Guayas.
También se han dado otras explicaciones hipotéticas, como la que ha mencionado Walter Spurriee. Él sugiere que los trabajadores chinos en Guayaquil pueden haber viajado a su país de origen a celebrar el año nuevo chino y volver contagiados. Guayaquil comparte, según Spurrier, con Bérgamo y Nueva York la condición de ser el motor económico de sus países y centros del comercio internacional.
También se pueden mencionar como causales la tardía e ineficiente acción del gobierno, la densidad demográfica, la pobreza, la indisciplina, pero son realidades que comparten muchos países y superan al nuestro sin que hayan sido afectados con tanta virulencia como en Ecuador.