Lo que debe saber sobre la crisis global del coronavirus y su prevención
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Dos especialistas de la UDLA cuentan lo que usted debe saber sobre la pandemia que afecta al mundo. Hay un efecto mariposa.

“El aleteo de una mariposa en China, se puede sentir al otro lado del mundo”.
El efecto mariposa describe una cadena de eventos, aparentemente no relacionados entre sí, con consecuencias a menudo impredecibles. ¿De qué manera la aparición de un nuevo virus en China puede afectar nuestra salud y nuestra economía? ¿Qué hacer para enfrentar el problema?
La lista de amenazas a la salud global de la Organización Mundial de la Salud menciona el riesgo latente de aparición de la “enfermedad X”, una enfermedad por un agente desconocido que enferme a los humanos y ocasione una epidemia internacional grave. El 31 de diciembre de 2019 la aparición en la ciudad de Wuhan de múltiples casos de una enfermedad respiratoria grave, ocasionada por un virus desconocido hasta ese momento, parecía materializar nuestro temor a la enfermedad X ante el creciente número de casos.

El siete de enero de 2020 la amenaza tuvo rostro, un nuevo virus de la familia de los beta-coronavirus, viejos conocidos que habitualmente causan refriados comunes en humanos, y que solo en dos ocasiones anteriores han generado alarma: en el año 2002 durante la epidemia de SARS, y en el 2012 con la epidemia de MERS. Los científicos lo bautizaron inicialmente como “nuevo coronavirus 2019” (2019-nCoV) y lograron en tiempo récord descifrar su código genético y compartirlo con científicos de todo el mundo para iniciar la búsqueda de tratamientos específicos y el desarrollo de posibles vacunas. Posteriormente el virus fue nombrado “SARS-CoV-2” y la enfermedad que produce se denominó “COVID-19”.
Sintomas. Los síntomas más comunes de COVID-19 incluyen fiebre, tos seca, malestar general, y sensación de falta de aire o fatiga. Sabemos que 8 de cada 10 enfermos tendrán síntomas leves. Los casos más graves, generalmente ocurren en personas mayores de 60 años y que padecen alguna enfermedad crónica del corazón, del pulmón, diabetes, cáncer o problemas de inmunidad.
Como los casos más graves de la enfermedad se identifican primero y llaman más la atención, la rápida extensión del brote en la provincia de Hubei en China causó alarma a nivel internacional. Nuestra atención se volcó sobre China y pudimos apreciar en tiempo real el desarrollo de una epidemia que en apenas dos meses cruzó las fronteras hasta afectar a más de 110 000 personas en más de 110 países del mundo. La epidemia de COVID-19 afectó las cadenas de suministro globales, impactó los mercados bursátiles, causó caídas del precio de diferentes commodities, afectó el turismo y la transportación aérea.
Lo aprendido en estas semanas. En medio del tifón, no todas son malas noticias. En los 72 días de evolución de la pandemia hemos aprendido muchas cosas sobre la enfermedad, lo que nos da mayor control y herramientas para mitigar su impacto. Sabemos que el virus se transmite por contacto estrecho con las secreciones respiratorias que las personas enfermas generan al toser o estornudar. Estas secreciones en forma de pequeñas gotitas infectan a otra persona si entran en contacto con su nariz, sus ojos o su boca. Sabemos que es poco probable la transmisión por el aire a distancias mayores a dos metros. Esto justifica la recomendación de aumentar la distancia interpersonal, y el contacto directo con personas con síntomas como fiebre y tos o estornudos. Quien tenga sospecha de COVID-19 debe llamar al 171 para recibir instrucciones desde el Ministerio de Salud, y aislarse en casa para evitar contagiar a otros. Como medidas de prevención designe una persona de contacto que monitoree la situación y difunda la información de canales oficiales, considere qué tareas de su empresa pueden ejecutarse vía teletrabajo y cómo reasignar tareas ante la necesidad de justificar ausencias en caso de enfermedad.
El virus puede permanecer en nuestras manos y en superficies inanimadas por horas o días, pero se inactiva con el lavado manos con agua y jabón, con el uso de alcohol al 60 o 70%, o el uso de soluciones con cloro al 0.1%. Garantice que en casa, la escuela y el trabajo existan agua y jabón para lavarse las manos, o alcohol para desinfectarse. Desinfecte superficies de uso común como manillas de puertas, escritorios, teclados, entre otros.
El diagnóstico es fundamental. Diagnosticar rápidamente a los enfermos, y aislar a sus contactos es clave para detener la propagación de la enfermedad. El SARS-CoV2 es más contagioso que la influenza, una sola persona con COVID-19 podría infectar a otras 2 personas si no se adoptan medidas de aislamiento. Frenar los contagios permite que un sistema de salud pueda manejar los casos y evitar su saturación, China lo ha logrado y es alentadora la disminución de casos en su territorio y la recuperación paulatina de su actividad.
El ámbito económico. Los líderes políticos también pueden mitigar el impacto económico del COVID-19. Reprogramar los pagos de impuestos para las pequeñas empresas afectadas por la caída de las ventas, revisar los aranceles a productos afectados, inyección de financiamiento, reducción de tasas de interés, o el uso de incentivos financieros a las empresas para optimizar las horas de trabajo en lugar de despedir personas, son algunas de las posibles medidas que economistas de todo el mundo están barajando. El COVID-19 no será la última epidemia que enfrentaremos. Debemos estar alerta y preparados ante la aparición de nuevas enfermedades pandémicas que emergerán, aunque no sabemos cuándo ni qué tan graves serán.
- Los académicos son parte del Grupo de Investigación OneHealth, Universidad de Las Américas, Quito.