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La OMS trastabilla en relación al uso de hidroxicloroquina

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El medicamento, que se receta para la malaria y el paludismo, ha provocado un debate global por la pandemia. El Ministerio de Salud ya no lo entrega.

Foto: @AnnaShvets – Freepik.es

El 11 de marzo la Organización Mundial de la Salud (OMS) determinó que la COVID-19 es una pandemia mundial. Desde entonces recomendó a los gobiernos implantar restricción de movilidad y a la par se ha preocupado por combatir lo que denominó como “desinfodemia”: la difusión de contenidos falsos.

Uno de los temas más controversiales y recurrentes en torno a la curación de la enfermedad que genera el nuevo coronavirus es el uso de la: hidroxicloroquina. En redes sociales circulan publicaciones que afirman que es parte del tratamiento más efectivo. Sin embargo, no hay evidencia que respalde su uso. La búsqueda de esperanza es habitual ante una crisis que hasta el tres de junio de 2020 ha cobrado 379 941 vidas y provocado más de 6 287 771 de contagios el mundo (OMS).

La hidroxicloroquina y otros fármacos sí son utilizados en el estudio de la búsqueda para curar la COVID-19. México fue uno de los países que promovió su aplicación para frenar la expansión desde abril. En Ecuador, el Ministerio de Salud Pública (MSP) incluyó la incluyó en una guía terapéutica para tratar a los pacientes con la enfermedad. 

La hidroxicloroquina fue desarrollada para combatir la malaria y el paludismo. En Ecuador se vende comercialmente como: Plaquenil, Axemal, Dolquine, Ilinol y Quensyl. También se utiliza para reducir la inflamación en el tratamiento de la artritis reumatoide y lupus.

La medicina ganó notoriedad el 18 de mayo cuando el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que en su país los trabajadores de primera línea, e inclusive él, lo consumían para prevenir el contagio. “Hace un par de semanas empecé a tomarlo porque creo que es bueno, he escuchado muy buenas historias. Y, si no es buena, te diré que no te lastimará”, aseguró el magnate.

El 22 de mayo, la revista médica The Lancet publicó un estudio que afirma que no existe evidencia de que ese medicamento produce mejoras en los pacientes con COVID-19. Añadió que su aplicación está relacionada con mayores tasas de mortalidad y arritmias cardíacas entre pacientes hospitalizados.

¿Qué dicen las autoridades sanitarias?

El 25 de mayo el director general de la OMS, Tedros Adhanom, anunció la suspensión temporal de la aplicación de hidroxicloroquina en el tratamiento e hizo referencia a The Lancet. El objetivo era evitar un tratamiento incorrecto.

Dos días después, el 27 de mayo, el Ministerio de Salud se sumó a la posición de la Organización Mundial. Entonces interrumpió el uso de hidroxicloroquina.

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