La informalidad es otro síntoma de la crisis laboral por el COVID-19
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La crisis sanitaria deja un efecto devastador en el empleo. En Quito, según un estudio de la CCQ, se estima el aumento de trabajadores informales en un 10% en lo que va de la pandemia.

La propagación del COVID-19 creó una crisis económica a nivel mundial que afecta directamente al funcionamiento de las empresas y, por ende, al empleo de los trabajadores. La pérdida de empleo será inevitable y su recuperación lenta, el Ecuador no está alejado de esta realidad donde muchos empleos formales ya se han perdido y esto se evidencia en la calle de la ciudad con el incremento de la informalidad y ventas ambulantes.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) realizó un análisis de la pérdida de empleo formal en Latinoamérica mediante su informe: ¿Cómo impactará la Covid al empleo? Para poder analizar las estimaciones del BID debemos, en primer lugar, entender qué significa poseer un ‘empleo formal’. En el Ecuador cuando una persona trabaja en un establecimiento que posee RUC, entonces se dice que posee un empleo formal. Sobre esto se generaron varios escenarios laborales de la región.
El BID presentó tres escenarios que dependen de la gravedad y la propagación de la crisis sanitaria. En el primer escenario, o crisis en corto plazo, se daría si la emergencia sanitaria terminaba en junio del 2020; el segundo escenario o crisis de largo plazo se observaría si la emergencia sanitaria durara hasta el cuarto trimestre del 2020; y finalmente, el tercer escenario vislumbra el caso de una economía en recesión prolongada, que se produciría si la emergencia sanitaria durara más de un año.

En la estimación para el Ecuador, la pérdida de empleo podría ser de 138 000 y 461 000 empleos formales, dependido si la crisis sanitaria terminaba en junio de 2020 o si se prolongua más de un año.
A diciembre de 2019, última fecha de que se tiene registro oficial según la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo del INEC, el sector informal a nivel nacional representaba el 46,7% de la población total con empleo, mientras que el sector formal el 44,7%, por su parte los restantes 8,6% se encuentran repartidos en el empleo doméstico y el empleo no clasificado por sectores.

La actividad económica con mayor porcentaje de trabajadores en el sector informal es la Agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca, que a diciembre de 2019, poseía un 77,1% de su nómina en la informalidad.

Lo siguen otras actividades de servicios con el 59,6% de sus trabajadores en la informalidad; la Construcción con el 58,6%; y el Transporte y almacenamiento con el 48,3%. Por su parte el Comercio al por mayor y menor poseía un 41,5% de trabajadores en la informalidad y las industrias manufactureras un 32,8%.
Por otro lado, la Administración pública, defensa y seguridad social y las Actividades de organizaciones extraterritoriales son los sectores de la economía que, según la ENEMDU, registraron 0,2% y 0,0% de informalidad respectivamente.

A causa de la pandemia estas cifras deben haber sufrido un aumento en la mayoría de sectores.
Y, a falta de información oficial, la Cámara de Comercio de Quito, a través de su departamento de Economía y Comercio Exterior, ha realizado una estimación basándose en la información del número de afiliaciones al seguro social proporcionadas por el IEES, suponiendo que no existan más confinamientos extremos en el país y que la reactivación económica sea paulatina hasta el mes de diciembre. Se estima que el sector informal a diciembre de 2020 llegue a representar el 49,4% de la población con empleo mientras que el sector formal se reduzca a 40,8%.

El 45% de los empleos que se han perdido durante la emergencia sanitaria han sido en la Capital, por lo que se estima que a la fecha la reducción de empleos en Quito sea de unas 105 000 personas, de las cuales un 70% pasarían a ser del sector informal. Es decir que el sector informal en Quito pasaría de tener un 19,9% de la población total con empleo, a un 28,1%.