¿Es imposible conocer quién fue el paciente cero de COVID-19 en el país?
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El registro de las cifras de la situación de COVID-19 en el Ecuador es confusa y en algunos casos incoherente. Aquí un análisis de Ecuador Chequea sobre la curva de contagio en el país.

El pasado 7 de abril el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Nacional cambió la forma en que se presentaba la curva de casos de Covid-19 en el país. Durante los 38 primeros días el Gobierno expuso el número de contagios en función de los resultados positivos confirmados en los laboratorios del Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (INSPI). Esta es la última gráfica presentada con ese criterio el 6 de abril.
El 8 de abril, la ministra de Gobierno, María Paula Romo, aseguró que esa metodología tenía un limitante importante: el INSPI tenía capacidad para 100 pruebas diarias y las muestras estancadas podían demorar semanas en incluirse. Es decir, alguien que se realizó la prueba podía conocer su resultado hasta 15 días después o, incluso, después de su muerte. A finales de abril la capacidad de procesar pruebas subió a 13 000 por día.
Es por eso que la curva ahora se basa en la fecha en que el paciente presentó síntomas por primera vez. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) el tiempo que transcurre entre la exposición a la COVID‑19 y el momento en que comienzan los síntomas oscila -generalmente- entre cinco y seis días, pero puede variar entre 1 y 14 días. Ese sería el motivo por el cual el primer caso aparece el 15 de febrero, 14 días antes de la confirmación del nuevo coronavirus en el país: el 29 de ese mes; cuando la entonces ministra de Salud, Catalina Andramuño, lo oficializó.
Hasta ese punto, el relato oficial sobre el primer contagio era coherente. Sin embargo, el 30 de abril las cifras cambiaron. La fecha del “paciente cero” se desplazó. Sin aviso o explicación aparecieron 2 casos el 14 de febrero.
Al día siguiente, el 1 de mayo, este dato desapareció con el mismo misterio. La infografía de ese día ubicó nuevamente a la paciente cero el 15 de febrero. Los dos casos cifrados el 14 de ese mes se borraron…
El 12 de mayo sucedió algo similar. Sin aviso, se registró un primer caso el 12 febrero; pero al día siguiente, el 13 de mayo, la curva -otra vez- se inició el 15 de febrero.
Hasta el 15 de mayo de 2020, ese día (15 de febrero) se muestra como el primer momento en que se registró la presencia de COVID-19 en Ecuador. Esta situación, que podría ser un error en la presentación de resultados correspondiente al 30 de abril y 12 de mayo, no fue explicada por el Ministerio de Salud Pública (MSP) hasta la publicación de esta nota.
Frente a esto surge la pregunta ¿es posible determinar con base en la curva y fechas de contagio dónde y cuándo ingresó el paciente cero a Ecuador?
Para Rommel Santos, especialista en diagnóstico, no es posible ya que el virus no tiene un tiempo exacto de acción. “Algunos pacientes presentan síntomas inmediatamente y otros lo hacen más tarde. La misma ‘paciente cero’, de acuerdo a los relatos de sus familiares, sintió malestar en el aeropuerto en Madrid y pasó 15 días con jaqueca aquí”. De acuerdo a los registros compartidos por el MSP, en el vuelo en que llegó la mujer a Guayas desde España iban otros 287 pasajeros.
La imposibilidad de determinar un origen exacto del virus radica en la cantidad de personas que ingresaron antes del 15 de febrero. Los datos del Ministerio de Gobierno exponen que entre el 1 y el 14 de febrero ingresaron 5 095 personas desde España, 18 135 desde Estados Unidos (país con mayor caos de muertos por COVID-19 en la actualidad) y 1019 desde Italia. Es decir, 24 249 posibles casos pudieron arribar antes que Bella Lamilla Rodríguez.
Para Daniel Orellana, PhD en Geoinformación, “el virus vino del exterior, pero llegó antes del 14 de febrero”. El docente de la Universidad de Cuenca explicó que aquellos que forman parte de la curva son solo casos «descubiertos». “No sabemos cuántos contagiados había y que no tuvieron síntomas o tuvieron síntomas leves. Si alguien vino de China en enero y tuvo gripe, ¿cómo sabemos que no fue COVID?”, cuestionó. Para el experto, es poco probable que el crecimiento explosivo que se dio en Guayaquil haya sido solamente efecto de una persona.
Las cifras del Gobierno han sido cuestionadas en al menos tres ocasiones por presentar inexplicables variables repentinas (aumento y disminución de casos). Y este, no es más de otro ejemplo de algo que ha señalado repetidamente el ministro Juan Carlos Zevallos: “nuestro sistema de vigilancia epidemiológico no estaba listo, tiene décadas de antigüedad”. Una vez más, la confianza en el discurso oficial se socava.