La tiranía de la audiencia y los buscadores de la red
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La tiranía de la audiencia que impuso en televisión la proliferación de la crónica roja, impone ahora en los buscadores de la red los contenidos más escandalosos y siembra dudas en los usuarios.

Cómo empezaron a correr ríos de sangre en la televisión. Hace algunos años apareció en la tecnología para la medición de audiencias, un sistema llamado teleview que permitía ver, con gráficos estadísticos, la audiencia de un determinado programa de televisión, minuto a minuto. Los directores de los noticieros, que fueron los primeros en utilizar el sistema, estaban encantados porque podían ver cuándo subía y bajaba la audiencia y, en consecuencia, determinar con precisión estadística lo que deseaba y lo que rechazaba el público. Además, permitía determinar a dónde se iba el público cuando bajaba la sintonía o de dónde venía cuando subía la audiencia de los noticieros. El resultado parecía asegurado, bastaría eliminar los contenidos que no son del agrado de las audiencias y privilegiar los contenidos atractivos.
La tecnología carece de malicia. Un malicioso director de noticieros que tenía índices muy bajo de audiencia, empezó a utilizar los datos del teleview para mejorar su noticiero. No había ningún misterio en el estudio de los datos, en todos los noticieros, los picos más altos de audiencia se producían cuando había alguna noticia de las calificadas como crónica roja. El malicioso director lo único que hizo fue llenar de crónica roja su noticiero y alcanzó rápidamente el primer lugar de sintonía. Los titulares ofrecían crónica roja como el plato más apetecible del menú informativo. Cuando el programa hacía una pausa publicitaria, usualmente bajaba la sintonía. Era el momento en que los pasivos espectadores se levantaban para ir al baño o a buscar alguna golosina o terminar algo inconcluso. El malicioso director consiguió que la sintonía de su noticiero aumentara durante la pausa publicitaria en lugar de disminuir. Bastó que el locutor anunciara la pausa publicitaria diciendo que no se muevan de su asiento porque enseguida viene la noticia del “descuartizado de la cárcel” o cualquier nombre escandalosos con el que calificaba a las noticias de crónica roja.
La tiranía de la audiencia. A este sistema que llevó a privilegiar la crónica roja y reducir, por ejemplo, las noticias internacionales y las de cultura o ciencia, le llamamos tiranía de la audiencia porque era una imposición de los gustos de los telespectadores que se habían manifestado en las gráficas del teleview. Esta realidad llevó a los ejecutivos de la televisión a plantearse el rol que desempeñaban. Se dijo siempre que la televisión no vende contenidos sino audiencias para los anunciantes y publicistas, era verdad y para conseguir audiencia tenían que acertar con los gustos de las mayorías. Los programas culturales y los grandes documentales no tenían apoyo del público. La crónica roja se hizo tan popular que rebasó los noticieros y generó programas autónomos como “En carne propia”.
La tiranía de la audiencia en la red. Algo parecido a lo que ocurrió en la televisión afecta ahora a los buscadores de la red. El mayor buscador es Google y el segundo es YouTube, el canal de videos de la misma empresa. Extrabajadores de estas grandes empresas tecnológicas han explicado los estudios que han realizado de la conducta humana y del hipotálamo para conseguir que los usuarios pasen el mayor tiempo posible en la red. Uno de los mecanismos está relacionado con la tiranía de la audiencia con elementos tecnológicos más avanzados.
El canal YouTube le satisface al usuario cualquier pedido y enseguida le pone otro video como oferta o sugerencia, estas sugerencias que aparecen como siguiente video, sin que el usuario lo haya solicitado, es elegido por un algoritmo que busca retenerle en la red el mayor tiempo posible porque eso significa más dinero para los buscadores. Si el algoritmo trabaja además con el historial de consultas del usuario, las recomendaciones que le hace el algoritmo pueden ser seductoras.
En los archivos de YouTube hay miles de millones de videos de toda clase y talante, que muestran verdades y mentiras, que inducen virtudes o vicios, que contienen elementos machistas o racistas y toda clase de teorías disparatadas y cualquiera de ellas puede estar en las recomendaciones que ofrece el algoritmo. La empresa misma anunció que iba a reducir el número de recomendaciones seudocientíficas y algunos meses más tarde informó que se había reducido el número de visualizaciones de videos de esa categoría.
Cuando el usuario consulta un tema de carácter científico como la basura espacial en la órbita terrestre, el algoritmo satisface el pedido y como siguiente video le presenta algún tema relacionado, pero pocos videos más adelante y siguiendo las recomendaciones, ya está ante un video que asegura que la tierra es plana y el viaje a la luna y los satélites son producto de un complot de la NASA. ¿Qué pasa con las personas ingenuas que creen todo lo que ven? Probablemente permanecen mucho tiempo fascinados con todos esos videos “científicos” que les ha recomendado el algoritmo de You Tube.