Índice de democracia electoral 2023 en Sudamérica
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El país se prepara para un nuevo proceso electoral, con más de una decena de posibles candidatos a la presidencia que será un nuevo desafío en la democracia del país.

Antes del punto de inflexión crítico en la geopolítica (el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945), las democracias constituían solo un pequeño número de países del mundo, tanto legalmente como en la práctica. Sin embargo, en el transcurso de las últimas seis décadas, el número de naciones democráticas se cuadriplicó; y es así, que, a pesar de que no existe un consenso en torno a una definición general de la democracia, más allá de la noción vaga de “el gobierno del pueblo”, en los últimos años se han hecho varios intentos por conceptualizarla y medirla. Para esto, se utiliza el consenso relativo sobre los diversos principios normativos que la constituyen, y siete principios clave parecen ser de primordial importancia: electoral, liberal, mayoritario, consensual, participativo, deliberativo e igualitario; representando cada uno una manera distinta de entender qué es lo que se requiere para ese “gobierno del pueblo”.
Evidentemente, este esquema conceptual no aprehende todas las distinciones teóricas que están en juego en el complejo concepto de democracia; sin embargo, sí captura una cantidad significativa de la acción que rodea a los debates actuales, puesto que cada principio es lógicamente diferenciable y, al menos para ciertos teóricos, independientemente valorable. Bajo este contexto, el principio “electoral” de la democracia refleja la idea de que la democracia es obtenida a través de la competencia entre grupos de liderazgo que se disputan la aprobación de los votantes durante elecciones periódicas ante un amplio electorado.
Siendo la democracia bastante compleja para ser fielmente capturada por una metodología, esquema o taxonomía estricta, la iniciativa del “Reporte de la Democracia” impulsada por el Instituto Varieties of Democracy (V-Dem), que busca medir la democracia (en 179 países del mundo) desde un punto de vista multidimensional, a través de 400 indicadores agrupados en 106 componentes y subcomponentes, representa un nuevo paradigma en la forma de medirla, a diferencia de otros índices ya existentes. El modelo aplicado por V-Dem permite clasificar a los regímenes políticos en cuatro grandes bloques: autocracias cerradas, autocracias electorales, democracias electorales y democracias liberales; y su Índice mide los componentes electoral y liberal de las democracias y va desde el nivel más bajo (0) hasta el más alto (1).
En su reporte de 2023, se destaca la memoria democrática latinoamericana puesto que Uruguay y Chile conmemoran 50 años de sus golpes de estado (junio y septiembre, respectivamente), y Argentina celebra en diciembre sus 40 años de redemocratización. El reporte destaca principalmente que los avances en los niveles globales de democracia logrados en los últimos 35 años se han esfumado, y que el 72% de la población mundial -5.7 billones de personas- vive en autocracias durante 2022. Estos resultados, pueden explicarse debido a los cambios drásticos durante la última década en cuanto a elementos como la libertad de expresión que se ha deteriorado en 35 países, considerando que hace 10 años solamente era en tan sólo 7; así mismo, la censura gubernamental de los medios de comunicación empeoró en 47 países, y la calidad de las elecciones empeoró en 30.
En cuanto al Índice de Democracia Electoral en los países de Sudamérica, Argentina lidera la tabla con 0,83 puntos que la ubica en el puesto 25 a nivel mundial. Tanto Chile como Uruguay comparten el segundo lugar con 0,81 puntos, seguidos de Perú (0,75 puntos) y Colombia (0,69 puntos). Ecuador se ubica en la séptima posición con 0,66 puntos (mejorando los 0,64 del índice en 2022), lo que lo ubica en la posición 59 a nivel mundial, siendo uno de los 3 países que mejoraron su índice entre 2012 y 2022, mientras ocho países de la región han generado procesos de retroceso democrático (Brasil, Chile, El Salvador, Guatemala, Haití, Nicaragua, Uruguay y Venezuela).
En el país -señala el reporte-, las instituciones se debilitaron bajo el mandato del presidente Rafael Correa (2007-2017), lo que se tradujo en amplios poderes ejecutivos y escasos controles independientes de sus poderes por parte del poder judicial y el legislativo. La reintroducción de límites al mandato presidencial por parte del sucesor de Correa, Lenin Moreno, fue clave para preservar la democracia. Ecuador también está superando gradualmente la polarización destructiva iniciada durante el gobierno de Correa; prueba de ello han sido una serie de elecciones pacíficas, en las que los candidatos hicieron hincapié en la unidad nacional por encima de las divisiones.
Tras varios reveses políticos en 2023, el actual presidente de Ecuador decretó la muerte cruzada para el poder legislativo. La derrota en el referéndum de febrero, puso en evidencia que muchos votantes continúan aún motivados por las causas a las que se oponen en lugar de un apoyo genuino a las propuestas de sus candidatos o proponentes. El país se prepara para un nuevo proceso electoral, con más de una decena de posibles candidatos a la presidencia, cuyo vencedor se enfrentará a enormes desafíos al inicio de su corta presidencia que, en este excepcional escenario, distará mucho de ser -democráticamente hablando-, “el gobierno del pueblo”.