Aliste la escoba en su empresa, estamos en Halloween
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Los demonios del fracaso empresarial pueden enfrentarse con acciones concretas. Un especialista brinda recomendaciones para que su esfuerzo no sea en vano.

Este 31 de octubre se celebra en Ecuador, como en muchas partes del planeta, el Halloween o más recientemente, el día de los niños. Es la típica celebración de disfraces y dulces, que sin embargo, se ha convertido en una poderosa costumbre comercial.
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Justamente, para que su empresa no entre en bancarrota y se pueda defender lo mejor posible de los demonios del fracaso, en esta oportunidad voy a indicar algunos aspectos que deben eliminarse de la empresa y nada más apropiado que esta fecha especial para que lo haga. Es por eso que lo invito a que saque la escoba y los eche definitivamente por la borda (o por donde sea), pero ¡échelos de una vez por todas!
Para nadie es un secreto que ninguna empresa existe pensando en el fracaso, pero en algunas ocasiones se cometen errores que la debilitan hasta el punto de desaparecer del mercado.
¿Entonces qué hay que hacer? Lo primero es entender que los errores no son totalmente negativos, lo que sí lo es, es no hacer los cambios a tiempo. A continuación una relación de errores que han cometido otras empresas y que las ha dejado en serios aprietos.
- No poner al cliente en primer lugar
Algunos empresarios en su nefasta soberbia, consideran que su producto es exclusivo, o su marca es de una imagen superior, o su empresa es de estatus extraterrestre y dejan en segundo lugar a los clientes, cavando así su propia tumba. A cualquier empresario exitoso que se le pregunte por la razón de sus aciertos, seguramente en algún momento indica que se lo debe a los clientes. Siempre debe tener presente que el cliente es lo más importante de su empresa, por lo tanto hay que saberlo escuchar para satisfacer sus necesidades explícitas en el menor tiempo posible.
- Trabajar dando palos de ciego sin planes estratégicos
Algunos empresarios inexpertos o muy tradicionalistas tienen la creencia de que trabajando duro, tarde o temprano vendrá el éxito. Si es que este es su caso, tenga en cuenta que no necesariamente hay que trabajar duro, sino de mejor manera. Para ello, sí es de gran conveniencia tener planes a corto, mediano y largo plazo a través de los cuales se busquen objetivos predeterminados que sean productivos y que de alguna manera reflejen el costo, versus el beneficio, o lo que es lo mismo ¿Cuánto invertí y cuánta utilidad debo tener?
- Hacer descuentos exagerados y regalos a amigos
Infortunadamente, la mayoría de los amigos se acercan a su empresa no con el fin de apoyarlo sino para disfrutar de regalos, descuentos y beneficios, con lo cual lo que consiguen son ventajas individuales para ellos y un perjuicio para su empresa.
- Tomar las críticas como algo personal
“Cuando el río suena, piedras lleva”. Este popular refrán nos lleva a reflexionar sobre las críticas que se reciben sobre el negocio. A veces las críticas pueden ser muy difíciles de aceptar, pero independientemente de que tan duras sean, tenemos que ser objetivos y escucharlas abiertamente. Recuerde que a pesar de que usted crea que esté haciendo bien las cosas, toda situación por buena que parezca, es susceptible de mejorarse.
- No efectuar Investigación de Mercados
Asimismo, muchos empresarios creen que esta labor requiere de inmensas cantidades de dinero y que no compensa con los objetivos buscados. Nada más alejado de la realidad. Investigar el mercado, no necesariamente requiere contratar a grandes empresas de consultoría (aunque obviamente en ocasiones especiales es lo indicado) ni gastar ingentes cantidades de dólares; en este caso estamos hablando de que sepa quiénes son sus competidores, cuánto tiempo tienen en el mercado, cuáles son sus fortalezas, qué estrategias están desarrollando y en fin, todo aquello que por su propia cuenta o con la ayuda de personal especializado puede averiguar sin que eso le vaya a desequilibrar su balanza comercial.
- No tener el capital necesario o quien le otorgue el crédito que necesita
La sangre de la empresa es el capital. El cómo lo invierta, se convierte en su estrategia. El monto del mismo le indicará cuál es el músculo de la empresa. Estos aspectos son determinantes para saber que “buen compañero es don dinero” pero en especial cuando lo sabe invertir. Fundamentalmente debe tenerse cuidado de personas que han tenido gran experiencia laboral en determinadas empresas, salen y deciden colocar una empresa similar en la que trabajaron y se encuentran con que es otro el panorama, que el dinero es muy sensible y que si no se tiene cuidado, en menos que canta un gallo (o viaja una bruja) se esfuma con rapidez escalofriante.
- Trabajar (o asesorarse) con las personas equivocadas
De nuevo, me estaciono en un refrán muy popular: “dime con quién andas y te diré quién eres” (que lo podemos variar un poco: “dime a quién contratas y te diré qué camino te espera”); es decisivo que las personas a quienes se contrate tengan una visión similar a la de quienes la dirigen, entiendan los objetivos, trabajen con la pasión que se espera y se comprometan con las metas empresariales buscadas. No hay la más mínima duda que del manejo y la calidad del personal con que cuente la empresa, depende en gran medida su éxito o su fracaso.
Entonces, para que se defienda y tenga buenas posibilidades de éxito, tenga en cuenta:
- Utilice estrategias que garanticen el largo plazo
- Si desarrolla promociones, no regale el esfuerzo de su trabajo
- Esté pendiente del mercado, sus cambios y/o los nuevos productos
- Coloque objetivos medibles accesibles con tiempos de desempeño, pero que sean flexibles
- Personalice el servicio que ofrece su empresa
- Defienda los billetes y los centavos, ellos no saben defenderse solos.
- Ponga sus sueños en las estrellas y sus pies sobre la tierra.
- Ojo con el crédito. Es el camino más rápido para desangrar una empresa.
- El autor es Docente invitado en talleres de Gerencia Estratégica, Inteligencia Emocional y Sostenibilidad y Sustentabilidad en la UIDE y en la Cámara de Comercio de Quito-. Además, es Consultor Empresarial en los temas relacionados y Autor de tres libros de temas empresariales.