¿Cómo está el ADN de su empresa?
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El diseño, definición e implementación de las estrategias en una empresa tiene que ver con su ADN. Conozca cómo clasificarlo.

Todos los seres vivientes están compuestos por el material genético llamado ADN. Esta estructura es la que permite tener el desarrollo adecuado, evolucionar y reaccionar al entorno. De la misma forma, las empresas deben contar con una estructura mínima indispensable con la que puedan estar preparadas para participar en el mercado, mantenerse vigentes y estar orientadas al cambio.
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Los mínimos elementos de ADN que la empresa necesita y que la constituyen, son: la cultura, el liderazgo, las competencias, su estilo estructural y su forma de gestión. Cada uno de estos elementos es indispensable para establecer los cambios a que haya lugar.
La empresa al diseñar un Plan de Acción, integra a todos sus estamentos en cuatro aspectos claves:
- Comunicación
- Capacitación
- Involucramiento
- Inclusión
El tipo de decisiones que se tomen en la empresa usualmente dependen del corto, mediano o largo plazo, según sean operativas, tácticas o directivas. Por lo anterior, debe existir un alineamiento entre las áreas involucradas para lograr los resultados esperados.
Ese alineamiento debe ir de la mano con la disponibilidad de información y la garantía de tenerla en los tiempos que cada área requiere. Asimismo, todo el personal involucrado debe conocer, asumir y entender la cultura empresarial y desarrollar las competencias organizacionales con las que cada uno debe responder para el cumplimiento de los planes y procesos esperados.
De otra parte, el ADN empresarial está ligado a la estructura organizacional, los sistemas de gestión, la capacidad de involucramiento y de respuesta de los líderes, el tipo de estrategias “defensivas y de ataque”, el cómo se apalancan los paradigmas del cambio y en especial cómo se visualizan las áreas empresariales claves para entender la filosofía empresarial (fundamentalmente las áreas de Producción, comercialización y de Recursos Humanos). De lo anterior depende que la empresa muestre inclinación hacia el mercado, la investigación o hacia el desarrollo de los colaboradores.
Desde luego que la respuesta obvia, es que debe dársele importancia al total de los asuntos indicados; sin embargo, la tendencia empresarial al final siempre tiene prioridades, con las cuales queda claro el porqué de la importancia de los presupuestos, o de los planes, o de las encuestas de desempeño laboral, o de las investigaciones o de la centralización o descentralización empresarial, entre otras consideraciones.
El ADN empresarial, corresponde entonces, a la manera como se diseñen, se definan y se lleven a cabo las estrategias de funcionamiento y de organización con las cuales se revela una determinada personalidad empresarial, la misma que puede dirigirse hacia la imagen, hacia el liderazgo, hacia la producción, la publicidad o factores de sustentabilidad y sostenibilidad.
A pesar de estar transitando en tiempos turbulentos como los actuales y de que cada mercado y cada organización tienen sus propias peculiaridades, es generalmente aceptado que deben existir aspectos claves que identifiquen el ADN empresarial.
Un listado ellos sería el siguiente:
- Debe existir un patrón de comportamiento empresarial (Justo a tiempo, Investigación, Vender antes que nada, etc.)
- Hay que tener flexibilidad y estar atentos a los cambios del mercado (desarrollar unidades estratégicas de negocios para fusiones y/o asociaciones)
- No es suficiente con hacer cambios provisionales (hay que tener procesos estructurados para que cada quien sepa sus responsabilidades y sus límites)
- La Cultura empresarial no debe ser una imposición sino una forma de vida laboral (hay que querer lo que se hace y no hacer lo que se quiere)
- El ADN está fundamentado en normas, procesos e información (y especialmente en el compromiso de cada uno para cumplirlos)
- El trato, la comunicación la coordinación y en general el “cómo nos relacionamos” es definitivo para lograr un buen clima laboral (es más importante la relación que la negociación)
- La “informalidad empresarial” debe dar paso a la planeación estratégica, la organización y los controles operativos y ejecutivos (Kaysen y Just On Time son bienvenidos)
- El autor es Docente invitado en talleres de Gerencia Estratégica, Inteligencia Emocional y Sostenibilidad y Sustentabilidad en la UIDE, y en la Cámara de Comercio de Quito-. Además, es Consultor Empresarial en los temas relacionados.