La diversidad y la inclusión son elementos relevantes en las empresas
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Las empresas buscan una cultura que garantice que todas las personas tengan igualdad de oportunidades de empleo. Lea esta reflexión.

Las actuales tendencias mundiales de velar por el respeto de los derechos fundamentales de las personas, entre ellos la diversidad y la inclusión, han centrado los esfuerzos de las empresas y organizaciones en llevar a cabo los ajustes necesarios para alinear sus políticas y procesos para garantizar la equidad de género, la paridad y la no discriminación por temas de etnia u orientación sexo-genérica.
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El propósito de tener en cuenta la diversidad e inclusión en las empresas es que se viva una cultura que garantice que todas las personas tengan igualdad de oportunidades de empleo y ejercicio profesional, sin importar su procedencia, orientación, género, edad o intereses. Además, esta cultura promueve la valoración y el respecto de las diferencias y rescata los aportes que cada persona pueda brindar desde sus experiencias, cultura y costumbres.
En empresas multinacionales, estos aspectos son indicadores relevantes dentro de los programas de Sostenibilidad y desde el punto de vista del talento humano, constituyen características que posicionan a una empresa como un buen lugar para trabajar. Además, los clientes o usuarios aprecian el hecho de que las organizaciones promuevan este tipo de valores, por lo que esto impacta en el posicionamiento de marca, el rendimiento y la consecución de las metas empresariales.
Estudios de Forbes (2019) destacan que en las organizaciones con altos índices de Diversidad en Inclusión aumenta la satisfacción de los empleados, se reducen conflictos y se potencia el trabajo colaborativo. Adicionalmente, estas compañías tienen una mejor reputación en la comunidad lo que trae beneficios en competitividad, desempeño y reputación.
Un caso icónico en este sentido es el de P&G, que ha creado Centros de Neurodiversidad para incluir a personas con autismo o TDA haciendo posible que formen parte de la compañía, adaptando los lugares de trabajo para ajustarse las necesidades de este grupo. El desafío está planteado y cada organización debe decidir cómo asumirlo de forma adecuada y avanzar con acciones concretas en esta causa. Lo primero será realizar un diagnóstico de su situación actual, luego establecer hasta dónde se proyecta para poder establecer el camino a seguir y, finalmente, determinar los indicadores que le permitan evaluar su avance en este propósito.