No solo con elecciones se construye democracia
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Las elecciones se han convertido solo en un símbolo de la democracia. En realidad, son circos manejados por gurús de la publicidad de falsas promesas.

Paradójicamente si deseamos que el sistema democrático sobreviva, la propuesta debería ser eliminar las campañas electorales. Y es que debemos ser conscientes que no elegimos dioses ni hombres más poderosos del mundo ni santos, como nos quieren hacer creer esas campañas, la verdad es que elegimos un representante y administrador de la cosa pública, como en una empresa sus accionistas eligen un gerente.
La población de un país en un sistema democrático debe elegir un presidente que administre de la mejor manera los recursos de todos y, que para eso, disponga de un notorio y comprobado respaldo moral, intelectual y educativo.
El sistema democrático ha logrado ser corrompido de tal manera que en la actualidad los que disponen de grandes recursos, ya sean de grupos de poder, grandes corporaciones o inclusive en casos extremos de narcotráfico y guerrillas, auspician a su candidato, quien evidentemente será el que represente sus particulares intereses a pesar y, generalmente, en contra de los intereses de la gran mayoría de los ciudadanos.
Las millonarias campañas electorales se han convertido en verdaderos circos o ferias manejadas por famosos gurús y expertos en publicidad cuya función es ‘como convencer a la gente’ con grandes y falsas promesas, ofertas y regalos y, por supuesto, desprestigiar a cualquier costo y método posible al adversario.
No nos imaginamos que un aspirante a gerente de una empresa llegue a entregar regalos a las personas que van a elegir, pero en la política actual es perfectamente posible. Por lo que resulta lógico que de un sistema de campaña tan absurdo tengan las mayores posibilidades de ser elegidos los más populistas, corruptos y falsos personajes con grandes compromisos con sus financistas y sus intereses particulares.
Puede ser que la objeción a eliminar campañas electorales sea que necesitamos ‘líderes’. Tal vez como el señor Chávez, Correa o Kirchner y otros que hoy proliferan alrededor del mundo. O tal vez no necesitemos los famosos ‘líderes’, tan solo necesitemos gente honesta, preparada, con la suficiente personalidad y respaldo moral e intelectual para ejecutar y manejar de la mejor manera los intereses de la población.
Lo cierto es que para que sobreviva el sistema democrático debemos cambiar radicalmente porque los populistas, nacionalistas, xenófobos y salvadores del mundo son cada vez más.
Sin embargo, si las campañas fueran eliminadas, debemos en su lugar establecer un sistema democrático sólido y simple que nos dé mayores oportunidades de elegir a una persona correcta.
Un sistema que le permita a toda la población conocer al candidato, por ejemplo, con la presentación de su currículum verificado y certificado por el ente electoral y un video de su propuesta de administración que estará a disposición de todos y que podrán ser visto en cada computadora a través de la red, en cada café net o en cada dependencia del Consejo Electoral, de acuerdo al deseo de cada persona.
Posteriormente, debates obligatorios sobre cada uno de los temas más importantes del país y emitidos a nivel nacional por televisión radio y redes sociales.
Deberán existir condiciones previas de preparación, conocimiento y aptitud, si existen condiciones exigidas para cualquier trabajo, con mucha más razón para uno tal delicado como la administración pública, condiciones de excelencia educativa, de experiencia, de honestidad de capacidad de dirigencia, deben ser establecidas como requisitos mínimos. Un autónomo y transparente ente electoral será el primer filtro, verificando que las condiciones básicas se cumplan y, a la vez, los partidos políticos deberán transitar hacia organizaciones de formación de administradores de excelencia.