El Franz Liszt y el delicado arte de enseñar
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El exigente Conservatorio quiteño, socio de la Cámara de Comercio de Quito, ya tiene 22 años. En ese tiempo ha brindado calidad a quienes confían en sus profesores e instalaciones.
Fotos: Gianna Benalcázar
Ya son 22 años de honrar el arte de la música. Sofía Izurieta, fundadora y Directora del Conservatorio Franz Liszt, cree que esto es, solamente, una manera elevada de acercarse a una actividad. Intenta hacer simple lo que verdaderamente es una ciencia. En el arte musical se coordinan muchas dimensiones del ser humano para producir un resultado, dice.
Esa es la visión que ha guiado a este espacio quiteño, del que han salido grandes creadores e instrumentistas, capaces de enfrentarse a los maestros más exigentes, en cualquier país del mundo.
La directora Izurieta jamás vio al Franz Liszt como un lugar para llenarlo de niños, jóvenes y adultos. Más bien lo atesora como un espacio distinto al de la calle, a lo cotidiano. “Aquí no ofrecemos un servicio para el consumo masivo, no es como esos concursos, o realities de aprende a cantar para ganarse el premio, o salir en televisión, o tener más likes. Nosotros trabajamos con el arte. Para hacerlo tenemos que vincular a la gente con su yo interior”, dice.
El Conservatorio no ha bajado su nivel de enseñanza, ni siquiera por ser más accesibles. Pero esa decisión tiene sus recompensas. Sus alumnos están en la Sinfónica Nacional y en la Sinfónica Juvenil. Otros han conseguido becas en las mejores universidades del mundo, como Harvard.
Sofía Izurieta cree que uno de los pilares para este resultado es el equipo de profesores. Algunos son considerados grandes músicos en el Ecuador, otros que son parte de la Sinfónica Nacional. Son de primer nivel. Y ellos enseñan a personas de todas las edades. En su sede se ofrecen tres modalidades de estudios: Programa Regular, Programa de Academia y Programas Especiales. En estos enseñan a los alumnos a cantar, ballet, tocar piano, viola, clarinete, percusión, guitarra, flauta traversa, contrabajo, violín y otros más. El arte se respira dentro de este conservatorio.