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Nuevamente las olas migratorias: Ecuador expulsa a sus ciudadanos

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Una nueva oleada migratoria sale desde el Ecuador y ante los obstáculos en otros pasos y países, optan por arriesgarse la vida en el estrecho y la selva del Darién, en Panamá. Aquí el análisis.

Foto: Flickr Central News

La situación en el Ecuador es alarmante. Se ha incrementado la delincuencia, los crímenes ocurren en cualquier calle de cualquier ciudad, la falta de empleo y la inseguridad. Muchos niños y jóvenes optan por hacerse sicarios de los grupos narcodelictivos (hay menores de 13 años que no saben escribir su nombre, pero ya aprendieron a manejar armas) y otros factores que determinan que muchas personas quieran salir del país (muchos que huyen por amenazas y otros que simplemente lo hacen porque el país los está expulsando).

Hasta hace algunos años las provincias de las que mayormente emigraban personas eran Azuay, Cañar y Chimborazo, pero en los recientes casos de muertes en la selva del Darién, como en el accidente de un autobús en la provincia de Chiriquí, aparecen personas de Pichincha, Guayas, Santo Domingo y otros lugares. Es decir, el fenómeno se ha extendido a otras provincias.

Ni siquiera en el llamado período de la “revolución ciudadana” liderada por Rafael Correa se detuvo este fenómeno, porque a pesar de las ofertas que hacía ese régimen, las personas no encontraban razones para permanecer el en país. Esta crisis fue más evidente desde 2014, cuando cayeron los precios del petróleo, a las que se sumó el terremoto de Manabí y Esmeraldas de 2016 y se acentuó en 2017, en el inicio del gobierno de Lenin Moreno, en donde los indicadores económicos del período de Correa se transparentaron (como dijo el entonces mandatario, “la mesa no estaba servida”). Las cosas han empeorado en el gobierno de Guillermo Lasso.

Para intentar el sueño americano hay dos vías: aérea, hasta países de Centroamérica (con un fuerte pago a los coyoteros), para desde ahí llegar hasta la frontera con Estados Unidos e intentar el paso por zonas permeables. La otra es la vía terrestre, en algunos casos con autobuses hasta Panamá y desde la zona del canal, cruzar la selva del Darién, para trasladarse en otros medios de transporte hacia Estados Unidos. “Es menos costosa”, dicen los que se aventuran. “Pero no toman en cuenta”, como dice William Murillo, director ejecutivo de la organización 1800-migrantes, “otros pagos que se hacen en esa dolorosa travesía”.

Luego de los venezolanos, la ecuatoriana es la segunda nacionalidad que cruza por la selva que separa a Colombia de Panamá. En 2022, fueron 29.356 y hay muchos desaparecidos o muertos. Desde 2021 y hasta finales de 2022 unos 200 mil ecuatorianos salieron del país.

Según el Servicio Nacional de Migración de Panamá, 15.185 compatriotas cruzaron esa vía entre enero y octubre de 2022. No logran llegar a Estados Unidos, algunos logran llegar hasta Costa Rica. Los testimonios de muchos migrantes hablan de personas que les ofrecen trabajo seguro en el país del norte. Para lograrlo, muchos buscan tratantes de personas, pero ante los riesgos de esta opción, han optado por el peligroso paso del Darién, por su propia cuenta.

En peligrosos periplos que duran más de una semana y con no más de $ 500 en el bolsillo, muchos creen que será sencillo llegar a EE. UU. En botes y en lanchas los migrantes cruzan el río. En la noche desaparecen muchos que son arrastrados por la fuerza del agua. En suelo costarricense, toman contacto con los coyoteros que les piden dinero para llegar a México.  

El paso por el infierno

Los ecuatorianos que atraviesan el Darién llegan a Costa Rica, casi un mes después de su salida de Quito. En ninguno de los casos son personas que tienen legalizados sus papeles, visas y pasaportes. Muchos piden dinero prestado a sus familiares y arman una mochila con unas pocas prendas y víveres. En bus llegan a Rumichaca, luego a Medellín, a Necoclí y cruzan en bote por el Caribe hacia Panamá, pagando $ 230 cada uno. El Darién, como cualquier otra selva, es un territorio inhóspito y selvático. Se encuentran con colombianos, panameños y venezolanos que han hecho de la migración irregular su negocio, porque les cobran para guiarlos por la selva húmeda llena de ríos, pantanos, animales salvajes y delincuentes.

La temperatura en la selva no baja de 26 grados centígrados. Para cruzar el Darién hay que pasar por cuatro campamentos separados y 15 horas de caminata. Tras un tenso descanso, salen al segundo refugio, y suelen ser interceptados por delincuentes armados con machetes. En cada punto selvático hay ropa vieja, mochilas, basura y dolor, de los que no pudieron llegar.

Casi 60.000 migrantes de varias nacionalidades cruzaron la peligrosa selva del Darién entre enero y octubre de 2022. Es la ruta de tránsito más utilizada por los irregulares para llegar a EE. UU. La ecuatoriana es la segunda nacionalidad que más ha cruzado el Darién este año (7,1% del total).

Según datos del INEC y del Ministerio de Gobierno, Ecuador superó las 100.000 migraciones a otros países (de 1992 a octubre de 2022). Según la Subsecretaría de Migración del Ministerio del Interior, 105.759 ecuatorianos salieron del país hasta octubre de 2022, declarando su lugar de destino; 32.791 salieron hace 15 días y todavía no vuelven y 19.884 se fueron por estudios, eventos y negocios.

La Cancillería habla de 13.249 ecuatorianos deportados en los últimos tres años (11.570 desde Estados Unidos). los últimos tres años, 51 de ellos de Estados Unidos. Solo en 2022, murieron 21 ecuatorianos en otros países, frente a los 41 de 2021.

Las razones para migrar son muchas

La selva del Darién refleja la desesperación y las diversas crisis latinoamericanas . En 2021, eran los haitianos y en 2022 fueron los venezolanos. Ahora son los ecuatorianos que intentan cruzar este paso que se ha convertido en cementerio.

Los ecuatorianos han optado por esta ruta por los cambios en las medidas migratorias de México (hasta 2021 ese país no requería visa). Entonces surgió otra ruta por Nicaragua. Los ecuatorianos iban en avión a Managua, como turistas, y no regresaban a su país. Desde allí, por tierra, llegaban a México y a Estados Unidos. Por ser ésa una ruta costosa (unos $ 20.000) la selva del Darién se convierte en una alternativa barata, aunque peligrosa.

De acuerdo con la ONG 1800 Migrantes, con sede en Nueva York, ya suman 16 muertos y 15 desaparecidos en esa ruta. Un caso de finales de 2022 se refiere a una familia que perdió a tres mujeres, que arrastró un río mientras atravesaban por la selva. Se halló el cuerpo de una de ellas, pero sus familiares buscan los restos de las otras dos.

Muchos de los que se arriesgan a cruzar el Darién, lo siguen haciendo y volverán a repetir la experiencia, a pesar de que son devueltos por México y lo intentan por esta nueva ruta. Las razones para la salida de ecuatorianos han cambiado: por años argumentaban razones económicas y de desempleo pero ahora también las causas son la inseguridad y violencia. Muchos temen por sus vidas.

Con más de 18 millones de habitantes, Ecuador ha vivido en un estado de crisis económica en los últimos veinte años. En 2014 hubo un descalabro por la caída en los precios del petróleo, a lo que se sumó el terremoto de 2016 (con 671 muertos y miles de damnificados) a lo que se han sumado crisis políticas y paros indígenas, además de la pandemia. Con esto se incrementó el desempleo, la deserción escolar y la inseguridad alimentaria.

En los últimos dos años, la migración de ecuatorianos al exterior se ha vuelto una tendencia dramática, ocasionada por la crisis económica, el aumento de la pobreza y el desempleo. Según el Observatorio de Migración de la Universidad Central del Ecuador, el número de migrantes internacionales que salen del país ha aumentado (fue un 25% entre 2017 y 2019), pero la cifra puede aumentar. Esta tendencia también se ha visto reflejada en los niveles de remesas que envían los migrantes, que son un importante ingreso para la economía del país.

Los ecuatorianos migran al exterior buscando mejores oportunidades económicas, educativas y de trabajo. Las crisis económicas recurrentes, la inflación, el alto costo de vida, el desempleo, la falta de oportunidades laborales y el deseo de desarrollar una mejor calidad de vida son factores que empujan a los ecuatorianos a emigrar. Además, el éxodo de ecuatorianos también se debe a la búsqueda de un mejor sistema educativo, mejor seguridad social y un mayor nivel de estabilidad.

Las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) muestran que en los últimos años el número de personas que sale del Ecuador ha aumentado significativamente. Según reportes del INEC, la emigración neta, es decir, la cantidad de personas que salen del país superando a aquellas que llegan, llegó a alcanzar cifras récord en 2017 con un total de 38.000 personas (casi el 60% en comparación con el año previo). Además, el INEC también ha documentado un aumento significativo en el número de ecuatorianos que solicitan residencia en otros países, lo que indica una tendencia a la migración a largo plazo.

Los ecuatorianos quieren salir cruzando el estrecho del Darién en Panamá porque es una de las rutas migratorias más utilizadas para alcanzar el norte de América y ofrece la posibilidad de cruzar el territorio de Panamá de manera relativamente segura, aunque es una travesía difícil y peligrosa.

Además, esta es uno de los caminos más baratos para emigrar, ya que los billetes de avión son a menudo más costosos y muchos migrantes no tienen los recursos para pagar. Por último, el estrecho del Darién ofrece la oportunidad de escapar de los problemas económicos y políticos que afectan a los ecuatorianos en su país de origen.

Ecuador está en lista de países con más vuelos de migrantes deportados o expulsados de Estados Unidos. Autoridades de Panamá y organizaciones internacionales informan que, después de Haití, Ecuador es el segundo país con más migrantes intentando pasar por el Darién. Hay incluso niños ecuatorianos que son llevados por esa ruta por sus padres o enviados para reencontrarse con sus padres en Estados Unidos. Un reciente accidente de un autobús en la provincia panameña de Chiriquí con ecuatorianos entre las víctimas encendió las alarmas de las autoridades ecuatorianas.  

“Este fenómeno no va a parar porque exijan visa, la migración no se ha detenido en los últimos 20 años”, dice William Murillo, de 1800migrantes.com, quien lleva años dando asistencia legal a los que deciden dejar su país. Murillo critica a México por haber eliminado la visa por algunos años, lo que provocó una estampida de ecuatorianos buscando llegar a EE. UU. por esta vía, que luego fue cancelada por una decisión del presidente López Obrador en 2021.

En 2018, el primer año sin visa para volar hasta México desde Ecuador, 4.000 visitantes se quedaron allí. En 2019, fueron 30.000 que salieron -en teoría- de vacaciones y no volvieron. Aunque la pandemia redujo el flujo a 9.000, la cifra ha vuelto a crecer. En Ecuador, solo tres de cada 10 personas tiene un empleo formal.

El presidente Guillermo Lasso llevó el tema a la última sesión de la Asamblea General de Naciones Unidas el 21 de septiembre de 2022. Dijo que ya no se trata solo de buscar oportunidades en otros países, sino que los ciudadanos que dejan sus casas lo hacen por la “mismísima supervivencia”. Lasso pidió intensificar las relaciones comerciales, pero en su gobierno la crisis, más bien, se ha ahondado.

¿Cómo evitar que haya más migraciones desde el Ecuador a otros países?

La solución para que haya más migraciones desde el Ecuador a otros países es promover y mejorar las condiciones de vida y las oportunidades de trabajo en el país. Esto implicaría mejorar la educación, la salud, el empleo, la seguridad y el desarrollo económico. Se debería aumentar el número de empleos y mejorar los salarios, para que la gente tenga una alternativa a la inmigración.

También se debe mejorar la infraestructura y la conectividad, para que los ecuatorianos tengan acceso a las oportunidades de trabajo en otros países. De esta manera, se puede fomentar la migración legal y segura para que los ecuatorianos puedan acceder a mejores oportunidades en el extranjero.

Haciendo un poco de historia, en 1999 se produjo un éxodo masivo de ecuatorianos a países como España e Italia, sin dejar tampoco de lado a los Estados Unidos. Esa migración se debió a una combinación de factores. La crisis económica que afectó al país durante la década de 1990 y el estancamiento de la economía desde entonces hizo que muchos ecuatorianos buscaran mejores oportunidades en otros países. Las crisis políticas, la inestabilidad y la violencia también contribuyeron al aumento de la migración. La demanda de mano de obra calificada en la economía global también hizo que muchos ecuatorianos buscaran empleo fuera de su país.

El feriado bancario ecuatoriano tuvo que ver con esa crisis migratoria que está sucediendo en el país. El gobierno ecuatoriano decretó un feriado bancario para evitar la fuga de capitales del país. Esto se hizo para evitar que la moneda ecuatoriana, el dólar, se devalúe y para proteger los ahorros de los ecuatorianos. Esta medida se tomó en respuesta a la inestabilidad económica que ha azotado al país desde que la crisis migratoria de venezolanos comenzó. El feriado bancario también ayudó a que el gobierno pudiera controlar y monitorear el flujo de capitales en el país, pero no frenó la migración de entonces.

El fenómeno de la migración

Aunque el fenómeno de las migraciones es tan antiguo como la existencia humana, hablar de migración es entender cómo se construyeron las sociedades en el mundo, por flujos de personas que, por diversas circunstancias, dejaron sus países de origen buscando establecerse, trabajar y formar nuevas comunidades en los países de destino.

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el fenómeno de la migración se remonta a la antigüedad, porque el ser humano siempre se trasladó buscando mejores condiciones de vida. Muchas personas buscan trabajo o nuevas oportunidades económicas y otras poder reunirse con sus familiares o estudiar.

Éstas, se puede señalar, son características normales del fenómeno. Pero, la situación cambia por otras razones: personas que huyen de zonas de conflicto, de la guerra, por persecuciones, terrorismo o violaciones de los derechos humanos. Sin embargo, también hay factores climáticos y desastres naturales (como terremotos o inundaciones) que activan procesos masivos de migración.

Hay personas que migran por voluntad propia y otras por necesidad. Se calcula alrededor de 68 millones de personas desplazadas por la fuerza, siendo de ese total unos 25 millones de refugiados, otras 3 millones de personas piden asilo y unos 40 millones son desplazados internos.

La decisión de emigrar, muchas veces, se debe a que la economía del país está en recesión, desempleo, subempleo y deudas que no se pueden pagar (en el caso ecuatoriano se agregan la violencia y la delincuencia). Así, una o más personas de una familia migran para conseguir trabajo y van a un país menos pobre o a uno desarrollado donde hay más posibilidades y mejor remuneración.

Muchos trabajadores dejan su país porque requieren más ingresos económicos, para enviar dinero a los parientes que permanecen y cuando las condiciones se estabilizan, logran que sus familiares viajen a esos países a reunirse con ellos produciéndose un abandono de las raíces y la exigencia de nuevas formas de vida (nuevo idioma, costumbres y cultura del país receptor). No se puede determinar cuáles son las principales razones que activan la decisión de emigrar. Entre las principales: empleo mejor remunerado, desempleo, subempleo, deudas adquiridas, recesión o crisis sociopolíticas.

Existen redes sociales que facilitan la migración por vínculos familiares y de amistad, pero también hay mafias de la trata internacional (que reclutan personas con fines sexuales y laborales), generando uno de los negocios ilícitos más lucrativos de la actualidad, junto con el narcotráfico y el tráfico de armas, según datos de la ONU. En la mayoría de los casos, los tres ilícitos se relacionan entre sí.

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