¿Qué nos deja el 2021?
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El cambio de gobierno y la vacunación marcaron este año. Lea esta reflexión sobre lo que pasó en Ecuador en el 2021.

La democracia y la esperanza, sin duda, fueron los ingredientes que nos dejaron con el mejor sabor de boca en el año. La transición de un Gobierno lleno de tibieza, totalmente desgastado por sus criticadas actuaciones, a un Gobierno que generó rápidamente confianza al cumplir su primera meta, creando esa oportunidad que tanto esperábamos los ecuatorianos: estar seguros ante la gran catástrofe mundial del COVID-19 con una vacuna. Es la principal marca del 2021.
Hablar de la pandemia es como la sal que no puede faltar en la mesa a la hora de comer, retornar de a poco a la normalidad no ha sido un trabajo tan fácil. Los redoblados esfuerzos de las autoridades por resguardar a la población es uno de los principales ejes que debemos enfatizar y tomar conciencia; creemos muchas veces que esto ha sido inútil, pero debemos poner en una balanza todo aquello que se ha logrado avanzar ante la relajada actitud de la ciudadanía.
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Progresivamente hemos retomado las actividades cotidianas, como los espacios de diversión, clases presenciales, y muchas más. La disciplina, que no ha sido muy valorada pero que al final sirvió, permitió que muchas familias vuelvan a encontrarse después de algún tiempo de soledad, angustia, preocupación y dolor.
Cerramos con crecimiento económico, dinamización de los negocios, crecimiento de plazas de empleo y alianzas de fortalecimiento que benefician al país.
La vieja costumbre de estar junto a mal llamados líderes que ostentan el poder nos ha llevado a la continua critica en contra de quien asume el Ejecutivo. Hoy en día dejando de lado los fanatismos políticos y después de una ardua reflexión que la pandemia nos deja, es el momento para ponernos la camiseta y arrimar el hombro junto a quienes tienen buenas intenciones de progreso.
Es nuestro deber enrumbar a las futuras generaciones por el camino correcto, permitir que la juventud se involucre en los temas más importantes para el Ecuador y que tomen decisiones. En nuestras manos está el no contar en un futuro con la nefasta clase política que nos hace retroceder, ser los protagonistas del verdadero cambio y del nuevo mundo.
Esperamos un nuevo año con mayores beneficios para todos, no podemos dejar de lado esa fe que tanto nos caracteriza como ecuatorianos, como ese pueblo que lucha y sale adelante frente a las adversidades, con una sonrisa, con un buen plato de nuestra gastronomía, con la alegría de nuestras canciones y con esa misma emoción que sentimos al gritar un gol de la tricolor; esta vez para decir todo terminó, somos mejores.