El recorrido macabro
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Los cuestionamientos a las decisiones del gobierno de Lenín Moreno se acentúan durante la crisis que atraviesa el país. Aquí una reflexión.

Allí, en la pantalla que mostraba el presidente Lenín Moreno, podíamos ver el recorrido macabro de personas contagiadas o con sospecha de estar infectados. Fue el 3 de abril, en la cadena nacional virtual, en la que los llamó inconscientes e irresponsables.
A mí se me ocurrieron otras palabras: idiotas, malvados, ignorantes, primates. Una reacción emocional entendible, pero equivocada. Podemos preguntar ¿qué conduce a las personas a salir? Y las respuestas son la desesperación, la falta de trabajo, el hambre, la ignorancia, el miedo a aceptar que algo así se está viviendo de verdad. Inconscientes e irresponsables, así es, ¿pero culpables? No tengo la respuesta.
Me interesa otra pregunta: ¿qué aprendió usted señor presidente?
Todos debemos aprender algo de esta pandemia y seguro no será sobre la importancia de cuidar la naturaleza o mejorar como personas; ahora que vemos la importancia de los abuelitos que se nos van sin que tengamos la oportunidad de remediar el olvido en el que los tuvimos.
De seguro a nivel social no aprenderemos nada de esto. En un año o más, cuando recobremos la normalidad, volveremos a atacar a los migrantes, homosexuales e indígenas; de nuevo, los taxistas adulterarán los taxímetros, los jueces liberarán a los narcos y corruptos. Y, por sobre todo, los políticos volverán a hablar a nombre del pueblo ecuatoriano y de unidad nacional; y muchos continuarán cubriendo todos sus años de corrupción.
No, los políticos no pueden cambiar, porque el poder está en sus entrañas. Es parte de su instinto animal de sobrevivencia: se adaptan, mutan. El poder no es racional. Es un deseo, una emoción que libera endorfinas, las hormonas del placer del dominio, y que también produce adrenalina. Saben que están actuando mal, sin embargo, el placer lo compensa. Vivir sin límites; mirando, a través del vidrio, la vida real pasar con su miseria y su olvido.
A nivel personal, sí, podemos cambiar y muchos lo harán. Las catástrofes nos transforman a veces para dañarnos, a veces para salvarnos. Pero cuando una de esas personas tiene poder en sus manos, junto a la dirección de la nación, vuelve a ser el mismo sin aprender. Esa sí es la verdadera irresponsabilidad con la gente y, un acto de inconsciencia consigo mismo.
¿Qué aprendió señor presidente? Del equívoco respaldo a Richard Espinosa, ex presidente del directorio Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), a pesar de la denuncia de los medios de comunicación por destrozar la seguridad social, misma que ahora no tiene la institucionalidad para enfrentar la pandemia. O el respaldo incomprensible al economista Carlos de la Torre, exministro de Economía y Finanzas, que nos quitó un tiempo precioso manteniendo la política económica del socialismo del siglo XXI.
Qué decir de su decisión de nombrar como vicepresidente a una persona como María Alejandra Vicuña, cuyo padre era presidente del Banco del Pacífico, una entidad en manos del gobierno, y que ni bien iniciada su gestión decidió apoyar al gobierno de Maduro y al socialismo del siglo XXI, ideología de la que usted también provino.
Señor Presidente, no se equivocó con el apoyo o elección de las personas; el problema es que una ideología “revolucionaria” de izquierda institucionalizó un sistema de corrupción que pudre todas las personas que formen parte del mismo. Si se rodea de esas personas, sin cambiar el sistema, inevitablemente, responderán a los hábitos y redes de poder que los formaron.
Por eso es tan importante fortalecer la Fiscalía y dotarla de recursos.
El punto señor Presidente es que muchas de las personas que salen al macabro recorrido de la “peste”, podrían estar en sus casas si tuvieran trabajo, educación, un sistema de salud medianamente humano, honesto y confiable. Solo usted en su fuero interior sabe cuál es la lección aprendida, pero no tardará en ponerse a prueba.
Ahora mismo, el presidente del IESS, Paúl Granda es responsable de denuncias de corrupción que se agravan en el contexto de toda la tristeza que vivimos. Los presidentes de las cámaras de comercio de Quito y Guayaquil piden la renuncia de Granda. ¿Lo va a respaldar como al resto señor Presidente?