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Cultura

Las sensaciones de Karla Gachet

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La fotografa quiteña es considerada como una de las mejores del país. Ha ganado varios premios internacionales. Ella cuenta detalles de su día a día, de sus viajes, de su familia.

Fotos: Karla Gachet

A través del lente fotográfico, Karla Gachet capta momentos, gestos y actividades diferentes con las que cuenta historias. Unas que serán el legado para las futuras generaciones. En cada imagen se observa algo distinto al que mira la gente común. Son fotografías que hablan por sí solas y dejan un mensaje profundo y de reflexión. 

La fotografía documental atrapó a Karla por completo. Por eso, estudió periodismo fotográfico en la Universidad Estatal de San José, en California, EE.UU. “Una imagen de calidad debe tener una excelente composición, buena luz, pero sobre todo un momento o una sensación que hace que la fotografía trascienda”, dice.

Con miles de imágenes ha formado un sinnúmero de historias, tales como: El Jardín de Eva, El Pasillo Ecuatoriano, La Mariana, Reyes Gitanos, Ayuni, Fiesta de la Cruz, Yasuní, Tango in El Caminito, Andes Raymi, entre otras.

Karla nació en Quito y actualmente vive en Topanga, al norte de Los Ángeles, en EE.UU., junto con su pareja Iván Kashinsky; y sus dos hijos (Nahuel y Piuma). Complementan su familia su perra de nombre Morocho y el gato Obi.

Desde hace algunos años trabaja con su esposo en un documental sobre una ruta histórica, que se denomina ‘El Camino Real de Baja California’. Para concertarlo viaja con toda su familia. Es un proyecto de largo plazo. Recientemente crearon una cuenta de Instagram y es un diario fotográfico del aventurero viaje.

“Hasta ahora ha sido una experiencia hermosa, aunque agotadora. Amamos viajar y queremos que nuestros hijos se acostumbren a esta vida desde pequeños”, expresa. La última vez, el trayecto duró dos meses y lo hicieron en una van, donde pueden dormir cuatro personas. “Fue un viaje que nos cambió a todos. Cuando viajo siento que me desconecto de una parte del mundo para entrar a otra totalmente diferente”, expresa.

Karla y su pareja trabajan en equipo y se acoplan perfectamente con el cuidado de los niños. Mientras el uno está con la cámara, el otro atiende a los pequeños. Esa complicidad les ha permitido trabajar dos libros: ‘Historias mínimas, desde Ecuador hasta Tierra del Fuego’ (2009) y Gypsy Kings (2012).

En el primero están plasmadas las historias sobre la diversidad cultural de cinco países de América del Sur. Este material se logró en un viaje que realizaron por carretera y que duró siete meses. En el segundo libro se muestra una colección de fotografías tomadas en Rumanía y cuentan una historia sobre una comunidad de millonarios gitanos.

Y no paran. También tienen un colectivo, ‘Runa Photos’ y, bajo este sello, han publicado dos ediciones de la revista ‘Waka’. Además, este espacio es la plataforma para la fotografía documental.

Su trabajo, por la altísima calidad, ha sido premiado en varios concursos en el mundo, como el World Press Photo POY y POYi Latin America, y sus fotografías han sido expuestas en Ecuador, Guatemala, Londres, India, Perú, Uruguay, China y Estados Unidos.

No obstante, Karla ofrece un contrapunto. “Los concursos son muy subjetivos; depende mucho de los jurados. Sin embargo, ganar un premio te hace sentir bien y te da impulso para seguir. No ganar también es interesante, porque ayuda para continuar”, indica Karla. Karla está en paz con su vida y con las satisfacciones que se brinda el ámbito laboral.

Desarrolla su pasión fotográfica sin descuidar ningún detalle del crecimiento de sus hijos. Y anhela conocer muchos lugares del mundo; seguir fotografiando y construyendo historias que hagan reír, soñar y pensar sobre el mundo en que vivimos y los momentos que componen nuestra existencia. No descarta regresar a Ecuador para continuar plasmando con su cámara las maravillas de la tierra donde nació y creció.

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