Arquitecto muerto ayudará en la recuperación de la catedral de París
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El reto de reconstruir Notre Dame no solo requiere de arquitectos, sino también de consensos. La restauración completa de la Catedral parisina tomará más tiempo del previsto.

El Presidente de Francia, Emmanuel Macron, estableció un plazo de cinco años para la restauración de la iglesia de Notre Dame después del incendio que destruyó la cubierta. Se aprobó una ley especial para facilitar las tareas y evitar trabas de las leyes de protección del patrimonio. Muchos donantes ayudaron en la financiación. Ahora parece difícil cumplir esos plazos porque el trabajo resultó más complicado de lo que se había previsto. En primer lugar, eran necesarios estudios exhaustivos para determinar el estado del monumento; luego, se hizo indispensable apuntalar varios elementos arquitectónicos que pudieran estar en peligro y, después, se presentó un alto nivel de contaminación con plomo que ponía en peligro a los trabajadores especialmente a los que se ocupaban de los vitrales de la iglesia.
La catedral, cuya construcción se inició hace 900 años, ya necesitaba un importante trabajo de restauración. Algunas piezas de piedra caliza, desgastadas y arruinadas por la contaminación, se caen o se deshacen como polvo. Se podían ver piedras que debían ser reemplazadas incluso en los arbotantes que sostienen los muros de la catedral.

En 1844 se hicieron importantes obras de restauración con el arquitecto Viollet-le-Duc. Las más importantes fueron la reconstrucción del capitel, de los arcos arbotantes y los rosetones de 13 metros de diámetro. También añadieron numerosas estatuas y las famosas quimeras y gárgolas. Otras reparaciones se hicieron a partir de 1968 en las fachadas con el revocado, en el mobiliario, cambios en al altar y en las vidrieras altas.

La aguja de 90 metros de alto fue diseñada por Viollet-le-Duc en la restauración; estaba rematada con una cruz y el gallo, símbolo de Francia, con algunas reliquias en su interior. La aguja se derrumbó durante el incendio y se llegó a plantear la duda si debe ser reconstruida como la diseñó Viollet-le-Duc o si cabe algún “gesto arquitectónico contemporáneo”, como mencionó el presidente francés. Algunos miembros de la Asamblea Nacional, preocupados con esa expresión, señalaron que la catedral debe ser reconstruida exactamente igual.
No han faltado proyectos que proponen algo diferente para dejar el rastro histórico del incendio y hacer visible la huella de los cambios introducidos con el tiempo. Varios de esos proyectos innovadores proponen una cubierta transparente con paneles solares que proporcionen energía y permitan albergar un huerto urbano en su interior.
El arquitecto en jefe a cargo de la restauración, Philippe Villeneuve, señala que es alto el grado de dificultad en la restauración del gótico porque todos los elementos que pueden parecer solo decorativos tienen un papel estructural.
Un arquitecto norteamericano, fallecido hace menos de un año, puede ser de ayuda excepcional para la restauración de la catedral, según el portal Noticias de Arquitectura. Se trata de Andrew Tallon, un experto en arquitectura medioeval, fallecido a los 49años después de elaborar el trabajo que será de utilidad para la reconstrucción.
Un monumento construido en el transcurso de 200 años y sometido a varias reconstrucciones, carece de planos y dibujos en detalle de sus elementos originales destruidos en el incendio. El arquitecto Tallon, con la ayuda de otro investigador, Paul Blaer, escaneó toda la catedral, con precisión milimétrica, cada pieza de la estructura, por dentro y por fuera. El documento, según los expertos, consiste en mil millones de puntos de datos, estructurados como nubes de puntos que el software puede representar en imágenes tridimensionales.
La restauración de la catedral de Notre Dame en cinco años puede parecer excesivamente optimista, pero puede ser posible, al menos para que vuelvan los trece millones de turistas que cada año acudían a visitarla y admirarla. La restauración completa tomará más tiempo pues la lluvia ácida, la contaminación y el tiempo exigen mantenimiento y reparaciones permanentes.

El debate sobre cómo debe ser la restauración, será zanjado finalmente por el dueño del monumento, el Estado francés. La polémica entre los expertos propone desde dejar la iglesia incendiada como testimonio histórico, pasando por reconstruirla como estaba antes del incendio, hasta mezclar con expresiones de arquitectura contemporánea como la cubierta transparente. La catedral de Chartres que también se incendió, recuperó su cubierta pero con materiales nuevos, ya no de madera sino de hierro.