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El impacto de la cuarta revolución industrial en el mundo de los negocios

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La aparición de la cuarta revolución industrial nos coloca frente a un nuevo desafío en el manejo empresarial. Este, básicamente, consiste en dar un paso tecnológico adelante en materia de creatividad.

Foto: @Jannoon028 – Freepik.es

La presencia de las nuevas tecnologías empresariales está convirtiendo, con una velocidad superior a su propia efectividad, la manera en que trabajamos, nos relacionamos y satisfacemos las expectativas de los clientes. Sistemas ciberfísicos, robots inteligentes o procesos automatizados ya no son cuestión de ciencia ficción. Están entre nosotros. Eso significa ni más ni menos que necesitamos hacer un revolcón empresarial: reinventarnos.

Con los nuevos sistemas que utilicemos debemos estar en capacidad de tomar decisiones descentralizadas que evidentemente generen serios desafíos para mejorar las interacciones entre las diferentes áreas empresariales. Así, por ejemplo, para nadie es un secreto que las tareas repetitivas están desapareciendo y serán reemplazadas por la automatización. La clave entonces, está en la innovación tecnológica y lograr que la creatividad juegue a nuestro favor.

Pero, en definitiva, ¿Qué es y cómo afecta a los empresarios la cuarta Revolución Industrial? Para resolver el interrogante, empecemos por conocer cuáles son y que significaron las tres primeras Revoluciones Industriales:

  • Ocurrió a finales del siglo XVIII y sus principales creaciones se enfocaron en el desarrollo de la producción por medios mecánicos y la aparición del motor a vapor.
  • Aproximadamente un siglo después, el mundo se revolucionó mediante la aparición de la electricidad, las ondas radiales y la industria automotriz con todas las implicaciones anexas (transporte, comunicación, calidad de vida).
  • Ya a finales de la última mitad del siglo XX la revolución estuvo a cargo de los elementos inteligentes, el desarrollo de las naves espaciales, la energía atómica y la tecnología de la información.
  • Se inicia en la primera mitad del siglo XXI (2016) y su fundamento está en la adecuada aplicación de la conectividad en toda la cadena de productividad (desde el nacimiento de un producto o servicio, hasta el consumo del mismo) valiéndose de la TI, las redes y los dispositivos inteligentes para que los productos y servicios estén a la orden de los clientes en cualquier parte del mundo con la oportunidad, calidad y personalidad requerida.

De acuerdo a lo anterior, es definitivo poner en práctica nuevos modelos de producción y de información de tal forma que exista una verdadera empatía corporativa para interpretar cuáles son las verdaderas expectativas del mercado utilizando así por ejemplo logísticas de avanzada, impresión en 3D, robots inteligentes y automatización de la producción.

Esta cuarta revolución industrial entonces deja caducos a los antiguos modelos empresariales obligando en la actualidad a disponer de modelos corporativos que tiendan hacia una real efectividad en el desempeño, independientemente del área y tamaño en la cual se encuentre la empresa.

Es por ello que los actuales responsables del desarrollo empresarial deben estar en capacidad de dar respuesta al menos a los siguientes interrogantes:

  • ¿Mi producto o servicio está enfocado y adecuado a las exigencias de mis clientes?
  • ¿El modelo de mi negocio tiene efectiva conectividad con mi mercado?
  • ¿La seguridad interna en mi empresa (datos, maquinaria, informática, registros, marcas, etc.) cumple con los estándares requeridos para tener efectiva competitividad?
  • ¿El Ciclo de  Vida de mis Productos o Servicios tienen el ‘Seguro de Vida’ y la madurez esperada?
  • ¿Mi cadena de valor empresarial tiene la suficiente fortaleza para permanecer el tiempo esperado en el mercado?
  • ¿El aporte de mi empresa al Medio Ambiente es amigable?
  • ¿La productividad empresarial finalmente conseguida está basada en la Misión y Visión Empresarial con fundamentos éticos enfocados hacia el personal y los productos con los estándares mínimos esperados?

Si sus respuestas a estos y otros interrogantes son afirmativas, pues bienvenidos al futuro. De lo contrario, sálgase de su zona de confort, póngase pilas inteligentes y conéctese con la vertiginosa realidad actual.

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