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Del dicho al hecho

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¿Cómo generar proyectos productivos para crecer este 2023? ¿Cómo pasar del dicho al hecho?

Foto: @phvector – Freepik

Empieza un nuevo año y todos los individuos esperamos que sea “próspero” cuando definimos nuestras listas de deseos y objetivos al momento de empezar el 2023. La generación de más recursos económicos que nos traigan estabilidad, nuevas experiencias, desarrollo personal y profesional, es una decisión que plantea varias posibilidades para los que se la toman en serio.

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Por ejemplo, un individuo podría inclinarse por buscar un ascenso de puesto en su actual empleo por medio del desarrollo de proyectos que traigan beneficios y valor a la organización en la que colabora, o tal vez existe la posibilidad de empezar en algún negocio propio, aprovechando alguna oportunidad pendiente para emprender.

Ideas pueden haber muchas, sin embargo, la pregunta real es: ¿Cómo pasar del dicho al hecho?

Si bien es cierto que la situación económica del Ecuador está en mejores condiciones que los años anteriores, con índices de inflación en promedio más bajos que el resto de países de la región; todavía existen más de 5 millones de personas que empiezan el 2023 en actividades informales, que generan, en sus promedios más bajos, ingresos económicos entre $ 168 y $ 222 dólares mensuales; evidenciando las dificultades que tienen las personas en general en lo que se refiere a la generación de recursos económicos.

¿Alguna vez te han dicho que la teoría es lo de menos, lo que vale es la práctica? Esta afirmación es real, sin duda; puesto que la solución de problemas y ejecución exitosa de tareas y su continua repetición en el mundo real entregan herramientas a través de la experiencia, que encaminan a la persona a conseguir resultados favorables y desarrollo; no obstante, la misma pregunta plantea algunas problemáticas que son importantes analizar, partiendo de la reflexión que los ecuatorianos recibimos un modelo educativo teórico en distintas etapas de la vida con la intención de “contar con herramientas para la vida”; es decir, producir recursos de subsistencia; pese a lo cual, según la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo, solo tres de cada 10 personas de la Población Económicamente Activa tienen un empleo pleno en Ecuador (ENEMDU, 2022).

El sistema educativo y productivo ecuatoriano, salvo algunas excepciones, han atado el proceso de desarrollo personal y profesional de un individuo a una estructura formativa predefinida, traducida en educación formal, que, en principio, pretende entregar conocimiento y herramientas para que los individuos que las asumen puedan crear recursos desde el aprovechamiento de los conocimientos obtenidos, para finalmente generar dinero para acceder a una mejor vida desde el trabajo pleno; sin embargo, ¿Qué resultados en materia de productividad e inserción laboral  presentan actualmente las personas que se acogen a la formación teórica que oferta (y ha ofertado los últimos 20 años) el sistema educativo ecuatoriano una vez “culminado” sus diversos ciclos?

Hasta junio del 2022, según datos de  Instituto Nacional de Estadística y Censos, la población entre 18 y 29 años, es decir, personas graduadas recientemente, no han mejorado su situación productiva desde junio del año pasado, donde el país registró una tasa de empleo pleno de 27,7%, mientras que a día de hoy se ha reducido levemente a 27,5%.

El compromiso al que se acogen las personas al momento de elegir ser educados en una profesión u oficio genera importantes inversiones de tiempo, diversos recursos y emociones; sin embargo, contrastando la promesa de valor que se espera a cambio del mencionado compromiso, traducido básicamente en empleo, y las cifras presentadas anteriormente, se puede concluir que se ha existido mucha transmisión de conocimiento, que necesita ser complementado, para fomentar la generación de dinero desde los individuos. Por ello se propone a continuación una metodología simplificada para desarrollar un proyecto económico viable, ya sea para buscar empleo, agregar valor a la empresa en la que colabora actualmente o emprender.

Existen diversas metodologías prácticas que facilitan la identificación de factores clave antes de desarrollar una propuesta enfocada en generar recursos económicos. Hacer las preguntas necesarias para entender viabilidad de la idea con anticipación puede evitar desperdicio de recursos económicos y tiempo, sin olvidar el desgaste emocional que genera un fracaso empresarial en una persona.

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A continuación se presentan las 3 aristas principales que componen la metodología del Design Thinking, que se trata de un proceso de análisis que permite identificar y resolver problemas, a través del entendimiento de las necesidades que se va solventar con la idea que se desea trabajar, las posibilidades de hacer negocio o generar resultados con la misma, y por último, la factibilidad técnica que se necesita para la construcción e implementación de la propuesta desde su raíz.

  1. Personas: Una idea de negocio o proyecto debe nacer de la necesidad existente presentada por un tercero, no sólo desde nuestra percepción. Es más fácil generar resultados si está claro que la idea tendrá un consumidor potencial que la espera.

Preguntas de viabilidad:

¿La idea nace de una necesidad identificada?, ¿La idea es atractiva para el mercado que se pretende alcanzar?, ¿Cuánto esfuerzo necesito invertir para que la idea llegue a los mercados que pretende servir?, ¿Por qué la idea soluciona una necesidad identificada?

  • Negocio: Toda idea debe ser analizada desde su capacidad de generar recursos económicos, ya sea concibiendo ingresos por medio de ventas o ahorrando gastos. Si el proyecto requiere una inversión importante para ser puesta en marcha y pocas garantías de resultados, es mejor dejarlo de lado.

Preguntas de viabilidad:

¿A qué plazo la idea puede generar sus primeros resultados?, ¿La idea tiene competencia?, ¿Existen proyectos similares en marcha?, ¿Qué resultados presentan?, ¿Puedes producir el producto o servicio con mayor calidad o menor coste que los competidores?, ¿El esfuerzo que requiero invertir se compensa con los resultados que se pretende con la idea?

  • Factibilidad Técnica: En ciertas ocasiones la idea puede sonar tan interesante que no se evalúa si se cuenta con los recursos necesarios para sacarla adelante. Comprender la materia prima necesaria, los procesos que deben ser implementados, el tipo de personal requerido, el tipo de maquinaria, etcétera, que puede requerir el proyecto, facilita el entendimiento de las posibilidades y tiempo en que se puede poner en marcha.

Preguntas de viabilidad:

¿Cuentas con el personal, las herramientas y el enfoque necesarios para implementar la idea y que funcione?, ¿Cuánto esfuerzo/gasto debo considerar para poner en marcha la idea?, ¿Resolverá el proyecto los problemas que esperas que resuelva? ¿Es la solución confiable y sostenible?, ¿Cómo se debe legalizar la idea?

La respuesta afirmativa de estas preguntas traerá posibilidades reales de crecer este año alrededor de una idea que te apasiona, partiendo de la identificación y proposición de soluciones a problemas reales. La intención es enfocar los esfuerzos para generar resultados y mejorar tus ingresos, aprovechando tus características personales y profesionales más competitivas. Si no tienes claridad de qué camino tomar, si emprender o seguir siendo colaborador, hay que discernir si te gustaría aventurarte a generar recursos por tu cuenta o crecer en donde estás. A continuación se presentan otras preguntas de viabilidad que podrían dar mayor claridad:

  1. ¿Qué tanto te gusta el riesgo? Una de las diferencias más relevantes entre un emprendedor y un empleado es su capacidad de asumir riesgos. Ser parte de una empresa con una estructura sólida permite generar ideas y desarrollarlas hasta que traigan efectos positivos para la organización, mientras que un emprendedor no cuenta con el tiempo ni los recursos para implementar proyectos fallidos, ya que puede costarle el negocio.    
  2. ¿Prefieres guía o estás listo/a para hacer tu propio camino? Si eres parte de una empresa será más fácil buscar apoyo para mejorar y empoderar la idea que propones, disminuyendo el riesgo de fracaso, pero demorando su implementación y resultados; mientras que, si eres emprendedor, el resultado de la propuesta tendrá efectos positivos o negativos inmediatos.
  3. ¿Te sientes más especialista que todólogo? Si deseas ser empresario debes saber de todo un poco; así se puede controlar las áreas estratégicas del negocio. Mientras que, por otra parte, existen diversos estudios que evidencian que cuando un individuo es excelentes en un área y se especializa en ella, se siente muy bien cómo empleado.
  4. ¿Te gusta la  estabilidad laboral?  Estabilidad es algo que un emprendimiento naciente no puede ofrecer y eso lo tiene claro un emprendedor. Si tienes obligaciones o deudas, es mejor mantener la estabilidad y aportar más valor al sitio donde se colabora.
  5. ¿Qué tal eres para tomar decisiones? Un empleado es responsable de algunas decisiones, un emprendedor es responsable de todas.
  6. Un empleado siempre está trabajando. Un emprendedor siempre está vendiendo.

Finalmente, es necesario recalcar la importancia de que se creen y empoderen proyectos económicos este año para mejorar la economía del país. El año 2022 concluyó presentando mejores condiciones en Ecuador en general, pero también muchas más necesidades. La decisión de un individuo de crecer económicamente por medio de un emprendimiento o agregando más valor donde se trabaja, puede transformar positivamente el entorno generando fuentes de empleo. La búsqueda de crecimiento personal y profesional, permite superar límites y sentirse realizado, además de promover mayor libertad para  tomar las decisiones importantes en la vida.

La Cámara de Comercio de Quito cuenta con todas las herramientas para fortalecer cualquier proyecto económico pendiente para este año que inicia; desde la capacitación, networking, promoción y asesoría técnica, para continuar con su objetivo de aportar a la economía de la ciudad y el país a través del desarrollo de sus socios.

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