Convierta la basura… en billetes
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Cada ciudadano de los países desarrollados arroja más de una tonelada de basura por año, produciendo acumulaciones inmanejables que contaminan la tierra, el ambiente y exigen grandes extensiones alrededor de las ciudades.

Un grupo de turistas europeos de aquellos que usualmente admiran nuestros pueblos, visitó el mercado de El Quinche, todos salieron muy disgustados y sorprendidos de que los productos estuvieran en fundas de plástico, fruta, hortalizas, legumbres, cereales; se vende plástico más que ninguna otra cosa, dijeron. Ocurre lo mismo en los supermercados. Son pocas las señoras que llevan su funda de tela para las compras, la mayoría sigue acarreando más plástico que víveres.
De acuerdo con el eurobarómetro, un 87% de los europeos están preocupados por el impacto medioambiental del plástico y se escandalizan al ver que en nuestro país el uso de este sigue siendo universal y la preocupación por restringir su uso o reciclar es totalmente insuficiente. La Unión Europea ha prohibido la producción de platos y cubiertos de plástico.
El plástico que se generalizó en los años cincuenta, ha invadido nuestras vidas al punto que ahora nos parece imposible prescindir de él. Está en todas partes, desde la pasta dental hasta el automóvil y parece benigno porque es liviano, impermeable, moldeable, económico y reciclable, pero nos hemos vuelto tan adictos al plástico que estamos inundando la tierra y los mares con sus desechos. Se calcula que en el año 2050 estaremos consumiendo mil millones de toneladas de plástico cada año, si continuamos con el actual ritmo de consumo. Ya existen los plásticos biodegradables, pero sería imposible reemplazar la totalidad de estos debido al costo y las materias primas.
Todos hemos visto los basurales al aire libre en varios pueblos y ciudades del Ecuador compuestos en gran parte de desechos de plástico que no se degradarán ni en diez mil años. También sabemos que hay cinco islas gigantes de desechos de plástico que flotan en los mares. La más grande, de 1,6 millones de kilómetros cuadrados, está cerca de las costas de California a donde han sido arrastradas por las corrientes marinas. Se calcula que hay 150 millones de toneladas de plástico en el mar. El plástico se va transformando en pequeñas partículas que son tragadas por los peces. Un cachalote muerto, arrastrado hace poco hasta la playa, fue sometido a exámenes y se encontraron más de cinco kilos de plástico y un bidón que había tragado y como no pudo expulsarlo le provocó la muerte.

En la ciudad africana de Accra, el plástico es ahora demandado por una fábrica que tritura los desechos, los derrite y mezcla con arena para fabricar bloques. Lo que era basura indeseable es ahora material útil para pavimentar patios, calles y carreteras. Esta empresa de Ghana aprovecha una de las cualidades del plástico, la posibilidad de reciclaje, para convertir la basura en billetes.
El plástico puede tener más vidas que un gato porque se puede fundir y moldear nuevos productos. Los residuos plásticos urbanos, rurales e industriales, pueden ser la materia prima para fábricas que producen el plástico utilizándolo en nuevos productos. Para ello es necesario separar la basura. Se dice que Suiza es un país donde no hay basura. Todos los ciudadanos deben separarla bajo pena de altísimas multas para quien no lo haga. Se recicla más del 80% del plástico, el cartón, el vidrio, el metal y la basura que no se puede reciclar es quemada, sin emisiones peligrosas, para producir electricidad.
Antes de separar la basura para reciclar, es preciso reducir la cantidad que se produce. Cada habitante de los países desarrollados produce una tonelada de basura por año, pero hay gente que se ha esmerado en reducir los desechos. La francesa Bea Johnson, que vive en Estados Unidos, ha logrado reducir los desechos hasta el punto que le cabe en un frasco de vidrio toda la basura que produce en un año. Puede ser que no lleguemos a reducir hasta ese extremo, pero todos los desechos orgánicos pueden ser transformados en abono vía compost y los demás desechos separados para reciclaje y eso puede hacer cada ciudadano en su casa. Todo esto con el propósito de reducir la contaminación para que el planeta nos dure unos años más.