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Cuatro mujeres hablan de las trabas para avanzar profesionalmente

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Patricia Hidalgo, Patricia Estupiñán, Alma Bravo y María José Pinto compartieron sus visiones sobre cómo la mujer puede tener más incidencia en sus actividades.

Foto: Freepik.es

Las barreras son varias y, desafortunadamente, algunas son autoimpuestas. Criterios conversó con cuatro mujeres, una empresaria, una académica, una consultora política y una periodista, para descubrir cuales son las principales trabas que enfrentan a la hora de alcanzar representatividad…

La conclusión, luego de recoger sus impresiones, apunta a que la formación profesional es fundamental pues se tiende a exigir una mayor preparación a las mujeres que a los hombres para un mismo empleo.

Además, el temor al escrutinio público es otro de los factores por los que evitan pronunciarse aunque tengan dominio del área que manejan. La maternidad también juega en contra del desarrollo profesional en el género. Vemos que históricamente a las mujeres les cuesta alcanzar representatividad, sus esfuerzos para llegar son altos, como ejemplo tenemos a Margaret Thatcher, la primera mujer que ejerció como Primera Ministra del Reino Unido, que tuvo que engrosar su voz como técnica para transmitir autoridad.

En el Ecuador se dan pasos, Paulina Aguirre se convirtió en la primera mujer en presidir la Corte Nacional de Justicia, desde su creación hace 188 años. Otras llegan a presidir la  academia, es el caso de Florinella Muñoz quien está al frente de la Escuela Politécnica Nacional, tras 150 años de estar encabezada por hombres. En el sector empresarial, tenemos algunos ejemplos como el de la recientemente elegida presidente de la Comité Empresarial Ecuatoriano, Caterina Costa, que también está al frente de la Cámara de Industrias de Guayaquil.

Foto: Cortesía Patricia Hidalgo

Las mujeres y la participación Para Patricia Hidalgo, rectora de la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE), lo que le falta a la mujer es participar más en la esfera pública. Hacerse notar y construir una identidad de la participación femenina en la política. Señala también que es triste ver como la imagen de la mujer ha sido usada por los partidos políticos tradicionales para cumplir con la paridad de género, pero no hay una participación real en la política. Dice que en la política también hay roles que han sido impuestos para la mujer. A ella se le reclama honestidad, generosidad, compasión hacia los que sufren, trabajo fuerte y consistente, mientras que a los hombres se les pide firmeza, capacidad de gobernar, dominio de temas como economía, desarrollo, experiencia técnica, etc. Esos roles, dice, deben reconfigurarse. Considera también que la desigualad entre hombres y mujeres es un tema de acceso a la educación y asegura que, si bien actualmente hay más oportunidades para que las mujeres estudien, en la realidad, los resultados sobre la representatividad resultan insuficientes.  

Foto: Cortesía Patricia Estupiñan

La educación es primordial para el cambio
Para Patricia Estupiñan, editora general de la revista Vistazo, alcanzar la igualdad de género es cuestión de tiempo y está estrechamente relacionado con la cultura. Considera que los medios de comunicación han abierto las puertas a las mujeres como voceras en los diferentes temas y resalta el hecho de que haya mujeres en los medios. Eso es importante para contribuir a la igualdad de género. Señala además que la inequidad responde también a que la mujer tiene objetivos en la vida, en algunos casos, diferentes a los de los hombres. Por ejemplo, recuerda el tema de la maternidad ya que retrasa profesionalmente a la mujer, la carga en las tareas del hogar continua bajo responsabilidad de las mujeres cuando debe ser concebida como un deber conjunto de hombres y mujeres. Para ella, no es cuestión de leyes, lo importante es cambiar la cultura de la gente, la cultura machista, y se puede lograr mediante la educación.  Mientras más pueda educarse la mujer, más opciones y espacios logrará conseguir. Explica también que las muevas generaciones con acceso a educación van cambiando la mentalidad y las perspectivas. Por ejemplo, los millennials, que ya tienen otra visión sobre el matrimonio y la maternidad, ya que no son los objetivos de muchas mujeres jóvenes, son opciones. Patricia Estupiñan además cree que las mujeres, en nuestro camino hacia la igualdad, debemos centrarnos en los objetivos y trabajar por ello. El principal cambio y el factor que ayudará a cambiar la visión y dar los pasos firmes hacia la equidad está en nosotras mismas, asegura. 

Foto: Cortesía Alma Bravo

Enfrentar el riesgo para aparecer públicamente
De su lado, Alma Bravo, diseñadora de Estrategias de Comunicación Política, celebra que en su país, México, se alcanzara la igualdad sustantiva. Tienen una presidenta en la Cámara de senadores y una presidenta en la Cámara de diputados, algo inédito en esa nación. Al mismo tiempo, Alma Bravo reconoce que hay mujeres muy preparadas en el gobierno y en la empresa privada, pero les falta confianza en sí mismas y la decisión de arriesgarse y lanzarse a la palestra pública. Explica que muchas veces el temor a la humillación las frena. Existe miedo al machismo y muchas veces a la agresión en medios de comunicación y en redes sociales.

La flexibilidad laboral para las madres
María José Pinto, gerente de Producción de empresas Pinto, cuenta que en muchos de los espacios empresariales en los que se desempeña, no se reconoce que existe inequidad de género. Asegura que es fundamental que se reconozca que hay esta falencia para que las acciones causen mayor impacto. Sobre la representatividad de las mujeres, María José Pinto cree que las políticas públicas no deben obligar a las empresas o gobierno a realizar contrataciones porque esto puede generar afectaciones. Es decir, las compañías deben contratar a las mujeres por su capacidad mas no por una obligatoriedad. En lo público, las mujeres que estén en las papeletas para las elecciones deben estar capacitadas para ello sin necesidad de que la ley exija que sean parte. Por otro lado, esta joven ejecutiva explica que dar a luz es otro de los factores que le genera un retroceso profesional. Muchas pierden sus espacios por la maternidad. Ante ello considera importante flexibilizar los horarios de las trabajadoras para que manejen mejor su tiempo cuando tienen hijos. “No es justo que las mujeres estemos obligadas a escoger entre la carrera, la profesión o la maternidad”. Para ella además es importante que la mujer aprenda a creer en sí misma, a dejar cuestionamientos, inseguridades, buscar círculos de ayuda y seguir entrando a escuelas y colegios para trabajar con las niñas y niños en temas enfocados a la paridad de género.

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