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Recomponer la sociedad luego del estallido de sentimientos reprimidos

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Más allá del acuerdo entre el gobierno nacional y el movimiento indígena es necesario recomponer la sociedad frente al manejo de las emociones ante las crisis.

Foto: API

Luego de 11 días de paro nacional y evidentes niveles de violencia, hay algunas lecciones aprendidas. El resentimiento no fue provocado solo por el alza en los precios de los combustibles, existen emociones descontroladas que devienen en posturas extremas y que dan pie a acciones y sentimientos negativos que a muchos nos cuesta entender. Ira, indignación, racismo, odio, falta de empatía, soberbia y hasta complejos de superioridad, provocaron los hechos bochornosos que como sociedad ahora debemos superar. Y para lograrlo, Iván Villafuerte, especialista en sicología social de la Universidad de las Américas, conversó con este portal para esbozar algunas ideas.

¿Por qué se dan los procesos de violencia?
La crisis social vivida en los últimos días podría explicarse desde el concepto de ‘alma colectiva’ de Le Bon, en donde las personas pierden la individualidad, sienten poder mientras están en el grupo y se rompen ciertas restricciones con comportamientos que en soledad no lo harían. Freud por su parte, plantea que el fenómeno de la violencia se da a raíz de una caída de las resistencias y surgen unos deseos reprimidos como desencadenantes de una situación de un grupo con elementos inconscientes latentes que brotan con estos procesos. Por otro lado, podría deberse a la teoría de la ‘identidad social’ en donde se llega a generar un proceso de identidad e identificación con los pares, pero a ‘los otros’ se los ve como diferentes y, en el momento que hay esos niveles de identidad, se pueden generar acciones de agresión y emociones negativas frente a esos otros.

¿Como manejar las emociones negativas durante y después de la crisis?
Durante un proceso de crisis es difícil de controlar la violencia, más aún cuando hay liderazgos que incitan a hacerlo. Qué hacer es complicado, pero siempre se debe responder a un proceso de diálogo, y de forma oportuna con todas las partes involucradas.

¿Cómo después de tanta violencia se puede retomar la cotidianidad sin generar un resentimiento hacia un grupo u otro?
Todo dependerá de una negociación adecuada, es decir, si se logra manejar política y económicamente la situación. Los grupos de interés deben sentir que la negociación es justa y que no hay partes afectadas, así se puede volver a la cotidianidad. Y el retorno a esta será medida por esa conformidad. La crisis social generó una apertura de situaciones reprimidas y una adecuada información es indispensable para sobreponer acciones. Desde la teoría del conflicto, si no existe una compatibilidad adecuada de las metas conjuntas se puede desencadenar el conflicto, por tanto, ahora re-establecer la cotidianidad recae sobre una adecuada negociación.

¿En esta post-crisis cómo evitar el florecimiento del racismo o división social?
Lo interesante de esta crisis es que se hizo visible una serie de elementos que siempre existieron, no es que brotó el racismo o la división social sino que siempre han existido. Podría citar un texto de Rosa María Torres para Plan V, donde toma una investigación de Antanas Mocus, el exalcalde de Bogotá, quien, a través de una encuesta sobre cultura ciudadana, encuentra símiles con los problemas principales de la cultura ciudadana de Quito, como la alta accidentabilidad debido al tráfico; la propensión a la bronca, pelea, riña callejera; intolerancia a la diversidad con abierta discriminación; incumplimiento de la ley; predisposición a la justicia por mano propia; indiferencia contra la violencia de niños y niñas; desconfianza en la justicia y autoridad policial.
Lo que ocurrió en estos días y lo que se dijo en redes sociales son consistentes con estos patrones. El florecimiento del racismo y división social es algo que ya estaba, muchas de las cosas que se dijeron responden a un ‘temor al otro’, lo que incluso generó la organización de vecinos en los barrios porque se sintió una amenaza por ver gente ‘distinta’. Desde el análisis social hay que ir trabajando en estos temas que forman parte de la ecuatorianidad y que forman parte de la construcción latinoamericana, como el racismo, que se evidencian desde la colonia.
El trabajo contra el racismo parte de construir una cercanía con el otro, en todo sentido, no solo a nivel de raza o xenofobia, sino también en conocer al vecino; con una ruptura de las redes sociales porque el desconocimiento genera ese sentimiento de no pertenencia y de angustia que provocan acciones violentas.

¿En el futuro, cómo manejar los niveles de violencia y una eventual escalada de actos violentos?
Desde el Estado o universidades se debe trabajar en temas de planificación y acción social desde diferentes disciplinas para propiciar la interacción con el otro y focalizar un tema clave que es la información oportuna. Con la mediación se vio un interés de las partes de conciliar y construir soluciones, a pesar de que pudo haber sido tardío, es un punto positivo el manifestar una voluntad conciliadora. El aprendizaje consistiría en que las medidas deben ser participativas, negociadas y claramente informadas para hacer más viable los procesos de integración y evitar más violencia.

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