El Acuerdo por la nueva Constitución chilena terminaría con el espíritu que desató la crisis social
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Después de cuatro semanas de convulsión social y algunos fallecidos, el Gobierno de Piñera y la oposición acordaron un plebiscito que inicia el camino hacia el cambio de Constitución en Chile.

El pasado viernes el gobierno chileno y la oposición indicaron que en abril del 2020 se realizará una consulta Popular, primero para determinar si la ciudadanía quiere una nueva Constitución y, si es así, qué fórmula prefiere: una asamblea mixta, es decir compuesta por actuales parlamentarios y ciudadanos electos para el efecto o, una asamblea constitucional en la que todos los integrantes serán elegidos para emanar la misma.
Esta segunda parte del plebiscito sería en octubre del próximo año, y las nuevas normas que allí se contemplen deberán ser aprobadas por -al menos- dos tercios del grupo elegido y, posteriormente, sometida a la votación popular para su ratificación. Esta última demanda el voto obligatorio.
Cabe recordar que la Constitución vigente se aprobó en 1980 en la dictadura de Augusto Pinochet y, a pesar de que ha sido modificada en un par de ocasiones, ese es el motivo al que muchos han atribuido la crisis social y política desencadenada. Las críticas a esta tienen que ver con los derechos sociales; en la actual Constitución, el Estado no provee directamente las prestaciones como salud, educación o seguridad social. Las privatizaciones fueron parte del gobierno del exdictador y se han mantenido hasta la actualidad en manos privadas.
Si bien las crisis que empezó el 18 de octubre apuntó al alza del precio del metro de Santiago, el descontento general fue adhiriéndose, solicitando mayor participación gubernamental en la prestación de servicios básicos, pero además exigiendo igualdad, educación gratuita, un sistema de salud pública garantista, jubilaciones dignas y garantías para los trabajadores.
El acuerdo denominado “Por la paz social” fue anunciada en medios de comunicación y ratificado por el presidente del Senado de Chile, Jaime Quintana, quien a través de Twitter manifestó que desde hace tres décadas se ha intentado cambiar la Constitución y que ahora la ciudadanía lo ha hecho posible, detallando el Acuerdo y sus firmantes por la nueva constitución con fecha 15 de noviembre. “Chile se pone a la vanguardia al iniciar la construcción de un verdadero contrato social. La crisis se ha transformado en una gran oportunidad”, dijo.
Esta es la crisis más profunda que ha vivido el país sudamericano desde el restablecimiento de la democracia y, pese a la bajada de tono de las declaraciones de Sebastián Piñera en los últimos días, la violencia no ha disminuido. El ‘estallido por la desigualdad’ ha alcanzado una primera victoria, como es la constituyente, generando así un atisbo de resolución de la crisis que vive el país.