La economía del país y la improvisación
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El anuncio de las medidas económicas tiene un trasfondo. Conozca más.

En menos de cinco meses el Gobierno tiene que tomar nuevas medidas económicas para ajustar la economía de los shocks externos producidos por el Coronavirus, la caída de la demanda externa, principalmente de China, que ha provocado el desplome de los precios de los commodities. Esto afecta al Ecuador por el petróleo.
Una caída de más de USD 20 del precio del barril de petróleo en las últimas semanas descuadra el presupuesto del Gobierno y pone en riesgo los ingresos en los próximos meses. Las autoridades proyectaron un precio del petróleo de USD 51 y en el mercado internacional está en USD 31.
Las medidas que pretende adoptar el Gobierno, estiman, generará un impacto positivo en las finanzas de USD 2 252 millones, sin embargo, muchas de ellas pueden causar un impacto adverso al sector privado productivo del país. El monto más fuerte vendría del lado de la reducción del gasto en bienes y servicios por más de USD 1 350 millones, sin embargo, un recorte a salarios del sector público puede generar una mayor contracción en la economía por la caída de la demanda, generando menores ventas.
Dentro de este monto está el cobro de USD 226 millones a los funcionarios públicos, el 4% del salario a los que ganan entre USD 801 y USD 1500, y superiores a este monto un 8%. Es una contribución temporal que deberá ver como maneja el Estado para que sea legal y no atente lo derechos laborales de los trabajadores.
Se anunció también el cobro del 5% por única vez a los automotores avaluados en más de USD 20 000, generando una recaudación de USD 220 millones. No obstante, ese impuesto se transformará en una reducción en las ventas de autos y provocará que el gobierno deje de percibir USD 240 millones menos de dinero en tributos como aranceles, IVA, ICE; perjudicando claramente al sector automotriz, al consumidor y al mismo gobierno que no alcanzaría el objetivo.

Además, el Gobierno, buscando generar más liquidez al fisco, pretende incrementar 0,75 puntos el porcentaje de las retenciones a la fuente. Esto originará una recaudación de USD 426 millones, sin embargo, aunque generaría una liquidez extra, afecta al sector privado por tener que hacer estos pagos anticipadamente. Entonces, este cambio parece ser más un sustituto a la eliminación del anticipo del impuesto a la renta y hay que tomar en cuenta que en estos momentos de dificultad económica la liquidez de las empresas, es vital la colaboración estatal para salir adelante.
Por último, se habla de que en las próximas semanas se concrete un crédito de USD 1 400 millones, de los cuales USD 400 millones servirían para pagar una deuda ya existente. Al país no le quedan muchas opciones para conseguir financiamiento con un riesgo país de 3245 puntos para el 12 de marzo. Por eso, pensar en una emisión de bonos es imposible por el costo que tendría para el Ecuador. Es momento de buscar el perfilamiento de la deuda ya contraída para buscar mejorar plazos y tasas que generan una fuerte necesidad de liquidez para el pago de estas obligaciones.
Todo esto nos muestra que el Ecuador está bajo la improvisación. No se puede entender que todas las medidas sean para buscar recaudar más y no para reactivar la economía y al sector productivo. Son medidas para pasar el bache y no para generar tranquilidad al largo plazo. Es más, tampoco se adoptan decisiones sobre temas sensibles, como los subsidios a los combustibles, que sí pueden aliviar a las finanzas públicas y sincerar la economía. Será un año complicado que tendrá que afrontar el Ecuador por los problemas, tanto internos como externos. Por eso, se debe pensar en propuesta más profunda que induzcan un verdadero cambio positivo para el Ecuador.