Los efectos de una posible alza del IVA en la economía y en el bolsillo
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Subir el IVA puede ser un bálsamo para las cuentas nacionales. Actualmente, está en 12%. Sin embargo, los efectos pueden ser contrarios a los esperados.

Ecuador, actualmente, se encuentra en un proceso de reajuste fiscal. Los cambios han tenido un efecto directo en el consumo dando como resultado un estancamiento en ventas y generación de empleo. Sin embargo, en la actual situación, es necesario buscar la manera de estimular el consumo privado y una subida del IVA tendría el efecto contrario.
Según el Servicio de Rentas Internas (SRI), existe un gasto tributario, que son los ingresos que el Estado deja de percibir por beneficios e incentivos hacia los contribuyentes, de USD 4 907 millones. Según la normativa tributaria, este gasto se articula mediante extensiones y reducciones de distintos impuestos. Estos gastos se originan por el IVA, en un 50,4%, y por renta con 41,7%. Por ello, si ahora se habla de una reforma tributaria para buscar una simplicidad tributaria y mayor recaudación debe existir un análisis técnico de los actuales impuestos, deducciones y extensiones antes de hacer lo que a simple vista es lo más sencillo. ¿Qué? Incrementar uno de ellos, con tener efectos negativos para la economía.
A continuación algunos aspectos que se deben tomar en cuenta antes de empujar esa idea:
El efecto en el consumo. Una subida del IVA afectará la capacidad de compra de los ciudadanos, en una coyuntura del país donde hay un alto número de empleo no pleno y reducción de empleados públicos. Un incremento en los precios de los productos tendrá un efecto negativo en el consumo.
La producción y empleo también serán golpeados. Si el consumo se reduce habrá un efecto directo en la disminución de la producción interna en bienes y servicios. Esta contracción de la producción generará más desempleo. Entonces, la recomendación es totalmente diferente a lo que se pretende hacer desde el gobierno: estimular el consumo para incrementar producción y generar empleo.
La redistribución de la renta. El IVA es un impuesto regresivo, lo que quiere decir el pago no está en función de los ingresos de la persona. Por ello, un incremento puede acentuar más las diferencias sociales. Es claro que este impuesto es 100% recaudatorio, por eso la alternativa es hacer ajustes a los impuestos progresivos (impuesto a la renta), en las deducciones, para que no exista un efecto en los más pobres. El que más gana, más paga. Sin embargo para que todo esto tenga un resultado positivo, el gobierno debe hacer ajustes en su gasto corriente. Y, precisamente, en ese punto es donde no se nota un cambio importante, solo se han enfocado en la reducción del gasto de capital.
¿Y si baja el IVA? Una reducción del IVA en la actual situación del Ecuador tendría un efecto de menor recaudación por que estamos entrando a un estancamiento económico y no necesariamente estimularía el consumo interno. Además, si existe una menor recaudación se traduce en menos ingresos al gobierno y, dará como resultado, un mayor déficit fiscal.