La pandemia del miedo
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La aparición de un nuevo virus de rápida propagación ha provocado una ola de pánico en el mundo y ha tenido serios efectos colaterales en la salud, la economía, el turismo. Ha provocado incluso algunos brotes de xenofobia.
El Covid-19, divulgado como coronavirus, ha tenido, aparentemente, su origen en un mercado de animales en la ciudad China de Wuhan y rápidamente alcanzó más de 120 000 contagiados y más de 4 500 muertos, hasta el momento de escribir este artículo. Se ha extendido por Asia, Europa, Australia, Canadá y Estados Unidos.
La llegada y rápida difusión en Italia ha provocado una nueva oleada de pánico y la amenaza de cierres de fronteras y afectación a eventos masivos. La propagación avanza a un ritmo de unos 7 000 casos por día. Algunos países han suspendido vuelos, han prohibido concentraciones masivas, han cerrado escuelas, museos, teatros y hasta negocios con excepción de la venta de medicinas y alimentos. La buena noticia proviene de China porque asegura que ha controlado la propagación, y ha empezado a poner de nuevo en movimiento la economía y las ciudades.
El coronavirus se manifiesta como fiebres persistentes, tos y dificultades respiratorias, se torna mortal en sectores vulnerables de la población como los mayores de setenta años y quienes tienen alguna enfermedad y las defensas bajas. El desconocimiento de las causas y la naturaleza de la enfermedad la hace más amenazadora. Pacientes que no manifiestan síntomas de la enfermedad son transmisores, lo que hace más difícil el control para evitar su difusión.
El miedo puede provocar congestión en los centros médicos porque personas que no tienen la enfermedad acuden a pedir que se les haga la prueba. Por ello en España se difundió por internet un test muy simple con tres simples preguntas de sí o no para saber si hay alguna posibilidad:
1: ¿Has estado en los últimos 14 días en alguna de las zonas de riesgo?
2: ¿Has tenido contacto directo con algún caso de coronavirus?
3: ¿Tienes fiebre, tos, dificultad respiratoria y malestar general?
El miedo a lo desconocido provoca pánico y trae a la memoria casos de pandemias como la peste negra que mató más de la mitad de los habitantes de Europa a mediados del 1300. La Orgnización Mundial de la Salud ha declarado ya pandemia el coronavirus. La epidemia es una enfermedad que se difunde en un amplio territorio y contagia a gran número de personas, puede ser de origen local o importado. La pandemia es provocada por un agente infeccioso que se difunde con mayor amplitud y afecta a varias regiones del mundo. Lo que le define como pandemia es el origen desconocido del virus, la propagación internacional y la falta de defensas de los humanos para la enfermedad. En el pasado hubo pandemias de viruela, sarampión, tifus, cólera y la peste negra que cobraron millones de víctimas. En épocas más recientes se consideraron pandemias la propagación de la gripe española, el sida o el H1N1.
Las dificultades para controlar los contagios y la dificultad para fabricar una vacuna ha provocado una gran depresión a los mercados bursátiles y un cierto grado de especulación en la comercialización de algunos productos como mascarillas, medicinas y alimentos.
Un 97% de los enfermos se recupera y la mayoría de manera espontánea. Las víctimas mortales son personas que tenían enfermedades graves previas. La forma de contagio es el contacto personal con un enfermo por las partículas que expele con la tos o el estornudo. También puede contagiarse por el contacto con superficies que tienen las partículas de la tos o el estornudo.
Fórmulas de prevención y consejos prácticos para los ciudadanos es lo que se espera de las autoridades, más que declaraciones olímpicas y pretensiosas como asegurar que estamos preparados para el coronavirus o iluminados que hacen predicciones apocalípticas y se toman atribuciones que no tienen.
Las autoridades deben prepararse para la llegada del coronavirus con la provisión de medicinas, la distribución de médicos y enfermeros, la preparación de hospitales y centros de salud. Garantizar la provisión de alimentos, flexibilizar los horarios de trabajo. La suspensión indiscriminada de actividades escolares solo desorganiza a los hogares que no tienen a quien encargar el cuidado de los niños o terminan encargando a los abuelos que es el sector más vulnerable para esta enfermedad.
El gobierno debe asignar recursos para las tareas de prevención y atención sanitaria. En otros páises hemos visto que fumigan las calles, las unidades de transporte, los lugares de concentración de ciudadanos. Los cuidados sanitarios y la ayuda a los negocios más afectados por la pandemia, requiere recursos económicos que deben asumir los gobiernos. La experiencia de otros países debiera ayudarnos a prevenir y anticipar los recursos que necesitaremos cuando llegue a nuestro país la pandemia.