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Al microtráfico se lo ve como un problema lejano, pero está a la vuelta de la esquina

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La venta de droga, los delitos y la prostitución continúan siendo un problema en varias ciudades del país.

Foto: Flickr Ministerios de Gobierno Ecuador

¿Qué está pasando en el Ecuador, o al menos en Quito, con el microtráfico de estupefacientes? ¿Bajó el consumo durante la cuarentena? ¿Cómo están los delitos conexos alrededor suyo? ¿La prostitución bajó? ¿Los robos? Estas son algunas de las preguntas que hice hace algunos días a personas que trabajan vinculadas con el tema de seguridad. Sus respuestas, en un primer momento, me sorprendieron, porque si las cosas no iban bien antes, ahora tampoco es nada alentadora la situación.

Partamos del hecho de que las actividades delictivas vinculadas al narcotráfico no se detuvieron durante la cuarentena y menos en el período de desconfinamiento que comenzó hace unos días. Ecuador siguió siendo utilizado para almacenar y trasportar especialmente la cocaína que se produce en Colombia. No es desconocido que, según la Oficina de las Naciones Unidas contra el Crimen y las Drogas (ONUDC), un país captura aproximadamente el 10% de lo que circula en su territorio. La Dirección Nacional Antinarcóticos, hasta este mes, llevaba 34 498,10 kilogramos de droga de origen natural decomisada, entre clorhidrato (26 265,25 kilos), pasta base (576,59 kilos), heroína (152,85 kilos) y marihuana (7 503,54 kilos). Haga usted las cuentas, pero déjeme darle un dato más: en todo 2019, la captura fue 81 159.60 kilogramos, es decir vamos acercándonos a la mitad, pese a las 12 semanas de encierro obligatorio. 

Personal que trabaja en áreas cercanas a la seguridad manejan escenarios en los cuales se dice que de cada 10 personas que viven en Quito, 2,3 tienen alguna vinculación con el microtráfico y que los problemas están concentrados en Carapungo, Carcelén Bajo, el Panecillo, San Roque, Chillogallo, La Ecuatoriana, Pifo y la zona de El Arenal en Tumbaco. Y se sospecha que, en Guayaquil, la edad de la primera vez que se consumió alguna droga bajó a los 10 años. 

El domingo, en diario El Universo, respecto al consumo de estupefacientes en Guayaquil, se señalaba que solo en esa ciudad, Durán y Samborondón, el sistema sanitario, en 2019, atendió a 2 298 pacientes y que, a nivel nacional, de acuerdo con el Ministerio de Salud Pública y en ese mismo año, se recibieron a 34 760 personas más, es decir que acudían por primera vez a tratarse sus problemas de adicción.

Otro elemento que tienen identificado es que la prostitución se está promoviendo con más fuerza a través de las redes sociales o servicios de mensajería instantánea. Y, aunque todavía no se ha hecho públicas las cifras de robos, hurtos y asaltos, estás tampoco parecen que irán a la baja. De hecho, hay temor de que estas se disparen, no solo por el dinero que se necesita para la compra de droga, sino por la misma necesidad -por el hambre- de la gente y que es imposible esconder. Sino vaya y dese una vuelta por la ciudad y mire el nivel de mendicidad.

Así que como ciudadanos ya es hora de que dejemos de ver el tema del consumo de drogas y el microtráfico como algo ajeno, porque está a la vuelta de la esquina.

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